La tranquilidad de la zona rural de Riohacha se vio interrumpida el miércoles 2 de julio con una masacre.
Las autoridades han identificado a dos de las víctimas como Jerson Andrey Sanguino Avendaño y Boris Omel Rodríguez Alandete, mientras que la identidad de la tercera persona está pendiente de confirmación.
El caso se produjo en la noche del día en mención, en el kilómetro 20 de la carretera que conecta Riohacha con Cuestecitas-Valledupar, en las inmediaciones de la comunidad indígena Los Remedios.
Junto a los cuerpos, se encontró un vehículo Hyundai Elantra (placa BBK-570) con grafitis que aludían al Ejército Gaitanista de Colombia (EGC), comúnmente conocido como el Clan del Golfo.
Testigos relataron a las autoridades que dos motocicletas con cuatro individuos a bordo llegaron al lugar, aparentemente en compañía del vehículo. Poco después, se escucharon múltiples detonaciones de arma de fuego, lo que alertó a los habitantes de la zona.
Al acercarse, los residentes se encontraron con la terrible escena: los cuerpos, que presentaban múltiples heridas de bala, estaban atados por las extremidades. De inmediato, se dio aviso a la Policía Nacional.
Un equipo especializado de la policía acordonó la escena para asegurar las pruebas. El levantamiento de los cuerpos y las primeras diligencias urgentes fueron realizadas por el personal del Laboratorio Móvil de Criminalística del CTI de la Fiscalía Seccional, quienes han asumido la investigación para determinar los móviles de este lamentable suceso y llevar a los responsables ante la justicia.
Las víctimas en Riohacha y su contexto
Jerson Andrey Sanguino Avendaño, de 33 años y oriundo de San Calixto, Norte de Santander, tenía un pasado complejo. Se había desmovilizado del Ejército de Liberación Nacional (ELN) en 2018 y colaboraba con la Fiscalía General de la Nación como testigo.
Su vida reciente estuvo marcada por incidentes de violencia: en diciembre de 2023 fue secuestrado junto a su esquema de seguridad en Tibú, y en abril de 2024 sufrió un atentado con granada en Cúcuta mientras dormía con su pareja y sus escoltas.
Estas amenazas lo habían obligado a trasladarse a Maicao, donde residía, aunque cambiaba constantemente de domicilio por razones de seguridad.
Por su parte, Boris Omel Rodríguez Alandete se desempeñaba como escolta suplente de la Unidad Nacional de Protección (UNP). Había asumido la protección de Sanguino Avendaño el pasado 28 de junio, cubriendo al escolta titular que se encontraba de vacaciones.
En cuanto a la tercera víctima, aunque se maneja la hipótesis de que podría ser Luis Alfonso Bolaños Borja, los peritos judiciales están realizando las pruebas necesarias para confirmar su identidad.
Las autoridades continúan trabajando arduamente para esclarecer los hechos y brindar respuestas sobre este crimen.