Eran al menos tres sujetos decididos a un único propósito: robarle el carro a las dos mujeres. El vehículo es un Volkswagen UP, avaluado en al menos $40 millones.
Alertado por el sonido del terror que se desprendía de las mujeres, el policía salió de la casa y observó la escena: el carro era golpeado y, luego de romper los vidrios, las mujeres también sufrían agresiones físicas por parte de los delincuentes.
Decidido a defender a su familia al costo que fuera necesario, el oficial ingresó de nuevo a la vivienda y tomó su arma de dotación. Luego salió el encuentro de los delincuentes y se identificó como hombre de las fuerzas armadas de su país.
Al notar su superioridad numérica, los delincuentes desenfundaron un arma de fuego y le apuntaron al oficial.
Fue tal la puntería del oficial argentino que logró impactar de lleno a dos de los delincuentes, quienes posteriormente fallecieron.
Uno de los delincuentes fue identificado como Tomas Eliel Muñoz, de 19 años. La identidad de la otra víctima -que murió en el tiroteo y cuyo cuerpo quedó a unos 20 metros de su compañero- todavía no había trascendido.