El ser humano duerme aproximadamente un tercio de su vida, pero la posición en que se acuestan y el tiempo de descanso puede tener consecuencias en la salud física y metal.
Los expertos Sleep Foundation hicieron un estudio en donde se demuestra que uno de los factores claves para dormir mejor es la postura en la que se acuestan.
A continuación, lo que aseguran los estudios sobre las diferentes posturas de sueño y sus efectos en el cuerpo humano.
Dormir boca arriba (posición supina)
Dormir boca arriba es considerada por muchos expertos como la mejor postura para dormir. Esta posición permite que la columna vertebral, el cuello y la cabeza se mantengan alineados en una posición neutral, lo que ayuda a prevenir dolores y tensiones musculares.
Además, evita el contacto directo del rostro con la almohada, lo que puede ser beneficioso para prevenir arrugas y el envejecimiento prematuro de la piel. Sin embargo, puede empeorar los ronquidos y aumentar el riesgo de sufrir apnea del sueño en algunas personas.
Dormir de lado (posición lateral)
Dormir de lado es otra postura común yrecomendada por los expertos. Esta posición ayuda a mantener la columna vertebral alineada y alivia la presión en la zona lumbar. Además, puede ayudar a prevenir los ronquidos y reducir el riesgo de sufrir apnea del sueño.
Dormir sobre el lado izquierdo en particular puede ser beneficioso para la digestión, ya que favorece el flujo sanguíneo hacia el estómago y el intestino. Sin embargo, es importante usar una almohada adecuada para mantener la cabeza y el cuello en una posición neutral y evitar la tensión en los hombros.
Dormir boca abajo es la postura menos recomendada por los expertos. Esta posición puede generar tensión en el cuello y la columna vertebral, ya que la cabeza suele girarse hacia un lado para facilitar la respiración.
Además, dormir boca abajo puede provocar presión en los órganos internos y dificultar la respiración adecuada. Sin embargo, algunas personas encuentran comodidad en esta postura y no experimentan problemas de salud asociados, por lo que es importante encontrar un equilibrio personalizado entre comodidad y salud.
Además de la postura, existen otras consideraciones importantes para mejorar la calidad del sueño. El uso de una almohada adecuada que brinde soporte al cuello y la cabeza, así como un colchón y una base de cama que se adapten a las necesidades individuales de cada persona, también son factores cruciales.
Mantener un ambiente de sueño tranquilo, oscuro y fresco, evitar el consumo de cafeína y alcoholantes de acostarse, y establecer una rutina de sueño regular también son prácticas recomendadas para lograr un descanso óptimo.