Milton Castro, 9 años de lucha contra la enfermedad y el olvido
El extaekwondista atlanticense clama ayuda a las autoridades deportivas.
Milton Castro no lleva nueve años combatiendo su enfermedad. Sin saberlo, desde que nació, hace 42 años, disputa un combate en el que no se quiere dejar vencer, así parezca por momentos una lucha imposible de ganar.
Este extaekwondista barranquillero, a quien en sus épocas de deportista de alto rendimiento era muy difícil derribar, no se deja vencer por la adversidad, incluido el olvido de los entes deportivos que en algún momento lo homenajearon como una de las grandes figuras de las artes marciales en Colombia.
Lo que hace es combatir día a día contra la dura realidad, que a veces no favorece a quienes lo pueden merecer por todo lo que hicieron en algún momento por el país.
“Es increíble, yo que soy un barranquillero neto, que le di tantas alegrías al país, no les sirvo ni para recoger basura a las autoridades deportivas. Si estuviera en otro lado creo que fuera insignia, entonces cuando me muera es que van a recordar lo grande que fui, pero ya para qué”, expresa Milton desde la casa de su mamá, Rebeca Herrera, en el barrio Chiquinquirá. El exdeportista sufre de glomerulonefritis membranoproliferativa, una enfermedad en la que los riñones dejan de eliminar las toxinas de la sangre, esta se envenena y con el tiempo la persona va perdiendo funciones vitales. “En este momento ya no orino, los riñones están completamente colapsados y dependo de las diálisis, si no las hago, me muero”, explica.
Las diálisis se las realiza tres veces a la semana y cada sesión tarda siete horas. Hace nueve años se realiza este tratamiento médico, sin pausa alguna. “Yo no sé si voy a salir vivo de esos procesos cada vez que entro, yo he visto morir 16 compañeros en todo este tiempo que he sufrido de esto, por eso cada vez que me hago este tratamiento, me juego la vida”.
“Estoy afiliado al Sisbén a través de mi papá, Jesús Manuel Castro. Me hago las diálisis en Mutual Ser de la Cordialidad con 17, me demoro media hora caminando. Hace un tiempo me tocaba ir hasta la Clínica del Caribe y cuando terminaba el proceso no tenía para devolverme a mi casa, y eran caminatas de hasta cuatro horas”, cuenta Milton.
ESTABA EN LO MÁS ALTO, LUEGO TODO CAYÓ
En su momento deportivo más importante, Milton ganó cada competencia que disputó y estuvo muy cerca de obtener una medalla olímpica (cuarto en los Juegos Olímpicos Sídney 2000). Fue campeón de los Juegos Bolivarianos, Centroamericanos y del Caribe, Sudamericanos y Panamericanos.
A pesar de todos estos logros, nunca sintió en Barranquilla verdadero respaldo para poder alcanzar una estabilidad económica a través del deporte. Por eso le tocó irse a Estados Unidos a buscar mejor suerte. Pasó por Miami, Chicago, Nueva York, y finalmente se radicó en Houston, en el 2001.
“Monté una academia de taekwondo con un amigo angloamericano y empecé a dar clases. Me estaba yendo tan bien que decidí volver a entrenar para competir oficialmente, entonces opté por realizarme una valoración médica para evaluar mi condición física, los exámenes me los hice en Houston, pero lastimosamente fue el inicio de mi pesadilla”, cuenta.
Le encontraron la falla renal y los médicos le dijeron que por su estado migratorio no podía ser atendido, y que si quería seguir con vida tenía que devolverse para Colombia a iniciar el tratamiento.
“Por mi condición de peso pesado, mido 1.95 y peso 135 kilos, eso me puede matar, porque en Colombia no hay un riñón que sea compatible para mí por el tamaño, ni que tenga los tejidos adecuados para mí”, explica.
Los médicos en Estados Unidos le aclararon que la enfermedad la tiene desde que nació, pero que gracias a los duros entrenamientos que realizó en su etapa como profesional, la había logrado controlar indirectamente.
“Ahora pido una mano para sobrevivir, no quiero lujos ni carros, solo seguir viviendo”, expresa.
¡UNA LUZ DE ESPERANZA PARA MILTON!
Han sido nueve años de lucha de este extaekweondista, sufrimientos, llantos, pero nunca se ha dejado derrotar. “Mi deporte me dio fortaleza mental y eso en parte es lo que me ha mantenido con vida, sumado a mi familia y a las ganas de seguir en este mundo”.
Pero todo parece indicar, que la vida por fin le va dar una luz de esperanza a Milton.
Gracias a sus esfuerzos incansables por buscar un mejor futuro para él y los suyos, está a un paso de conseguir una pensión vitalicia en su calidad de haber sido una gloria del deporte colombiano y haber representado con éxito la bandera del país en el exterior.
Solo falta que la Federación Colombiana de Taekwondo realice el trámite pertinente ante el Comité Olímpico Colombiano, que es finalmente el ente encargado de aprobar el reconocimiento para Milton.
Además, se está a la espera de que Milton ingrese a un tratamiento experimental en Medellín, con el fin de que no sea necesario el transplante de riñón.