Hallada sin vida en Manatí.
Hallada sin vida en Manatí.Cortesía y Al Día.
¿Qué Pasa?

"Wilmary denunció abusos y está muerta, mientras su asesino, libre": caso de mujer hallada sin vida en Manatí

Wilmary Guerra había sido reportada como desaparecida en Malambo en 2023, y desafortunadamente, encontraron su cadáver en el municipio atlanticense el 22 de mayo. Su padre habló con AL DÍA.

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El 18 de septiembre de 2023 en Malambo marcó el inicio de una pesadilla para la familia de Wilmary Guerra. Con solo 32 años y residente del municipio, Wilmary partió de su casa con rumbo a una finca, supuestamente invitada por su pareja, Franklin Jesús Trillos Yance.

Desde ese día, no volvió a comunicarse, encendiendo las alarmas de su padre y desatando una incansable búsqueda que, lamentablemente, concluyó en un triste descubrimiento.

La ausencia de Wilmary preocupó a su padre, Wilmer José Guerra Rosado, de 63 años. "Ese día hablé con ella hasta las 4 o 5 de la tarde, como lo hacíamos a diario. Fue la última vez que supe de mi hija", relató en AL DÍA.

Al no recibir respuesta a sus llamadas, contactó a una de las hermanas de Wilmary, quien aseguró haber chateado con ella días después, mencionando un teléfono dañado. La promesa de una llamada que nunca llegó solo intensificó la angustia del padre.

La desesperación llevó a Wilmer José a contactar a Franklin Trillos, quien le dijo que Wilmary ya se había marchado con una "bolsita negra" antes de que él llegara a casa. Un vecino comentó que la joven había dicho que iba a una finca en Repelón.

En ese momento, Wilmer José, radicado en Maracaibo, Venezuela, tomó la decisión de viajar a Colombia, sabiendo que debía buscar respuestas.

Wilmary Guerra, desaparecida en Malambo.

Ya en Barranquilla, Wilmer José acudió a la Fiscalía para denunciar la desaparición y expresar sus sospechas sobre Trillos Yance. Meses de frustración por la aparente falta de avance se vieron interrumpidos por un mensaje anónimo en redes sociales.

El primer mensaje sugería que Wilmary había sido llevada y asesinada en una finca en Aguada de Pablo. A pesar de la poca atención inicial de los investigadores, un segundo mensaje corrigió la ubicación: entre Manatí y Sabanalarga, en una finca llamada "Las Palmitas".

Armado con esta información, el padre comenzó la búsqueda. Un video clave que Wilmary había enviado a tres amigas fue fundamental, mostrando a la joven visiblemente preocupada, mirando a su alrededor como si intuyera un peligro inminente.

En Manatí, con el apoyo de la policía local, Guerra se adentró en caminos rurales hasta encontrar una finca que coincidía con la del video. Los habitantes del lugar confirmaron que el capataz era Gleimer David Trillos Yance, hermano de Franklin.

A pesar de los esfuerzos iniciales de la Fiscalía en febrero y abril de 2024, incluyendo el uso de drones y una inspección exhaustiva, no se encontró rastro de Wilmary. El caso dio un giro significativo con el cambio de fiscal, lo que permitió implementar nuevas estrategias de investigación.

Uno de los avances cruciales fue el análisis del teléfono de Wilmary, que reveló que el 18 de septiembre su dispositivo estuvo enlazado con otro, recorriendo la ruta desde Malambo hasta Manatí, pasando por Sabanalarga y Aguada de Pablo. La señal confirmó que ambos teléfonos permanecieron juntos durante todo el trayecto.

Gleimer David Trillos Yance, el capataz, inicialmente negó haber visto a su hermano ese día. Sin embargo, el dueño de la finca lo contradijo. 

Finalmente, Gleimer confesó que Franklin había llevado a Wilmary a la finca bajo el pretexto de un supuesto acto de hechicería y que, por temor a ser descubierto, lo había convencido de cambiar de lugar. Gleimer afirmó haberse retirado a Manatí después, pero las inconsistencias en su relato levantaron sospechas.

Los investigadores lo presionaron, advirtiéndole sobre posibles cargos si seguía ocultando información. Fue entonces cuando, tras hablar con su abogado, Gleimer accedió a llevar a las autoridades al lugar exacto donde habían enterrado a Wilmary.

El 22 de mayo, Gleimer condujo a los soldados y al antropólogo al sitio. A aproximadamente dos metros de profundidad, hallaron los restos de Wilmary: primero los huesos de un brazo, luego la ropa que llevaba y unas chancletas quemadas.

Esa noche, los restos fueron trasladados a Medicina Legal en Barranquilla. El capataz quedó detenido.

Un asesino prófugo

Mientras tanto, el paradero de Franklin Jesús Trillos Yance, el principal sospechoso y pareja de la víctima, sigue siendo un misterio. Su hermano Gleimer asegura no saber dónde se encuentra. La Policía Nacional continúa la búsqueda para interrogarlo y esclarecer los hechos ocurridos aquel fatídico 18 de septiembre.

Wilmer José Guerra ha jurado no descansar hasta que se haga justicia por su hija. "Ella está muerta y su asesino sigue libre como si nada. No entiendo cómo después de tantas pruebas, aún no lo han capturado", sentenció el padre, con la voz embargada por el dolor y la frustración.

La incansable lucha de Wilmer José continúa, impulsada por el amor inquebrantable a su hija y la profunda necesidad de ver al responsable tras las rejas.