En respuesta a la reciente serie de ataques contra miembros de la fuerza pública en diversas regiones del país, en el marco del ‘plan pistola’ atribuido al Clan del Golfo, la Policía Metropolitana de Barranquilla ha decidido extremar las precauciones e incrementar la seguridad en todas sus instalaciones.
La determinación fue confirmada este lunes por la propia Mebar a través de un comunicado oficial. En él, se justifica la medida aludiendo a "las alertas a nivel nacional por los hechos que están afectando a los integrantes de la fuerza pública".
"Hemos reforzado la seguridad de todas nuestras instalaciones para así evitar cualquier novedad", señaló la institución policial, enfatizando la naturaleza preventiva de las acciones adoptadas.
Como parte de estas disposiciones, desde la noche del lunes 28 de abril, se ha podido observar un visible acordonamiento en las estaciones de Policía de municipios adyacentes a Barranquilla, como Puerto Colombia y Galapa. Paralelamente, el helicóptero 'Halcón' ha estado realizando vuelos de vigilancia intensivos sobre estas áreas y otros puntos estratégicos.
Asimismo, la Mebar informó que se han intensificado los operativos de patrullaje en las distintas localidades de Barranquilla, movilizando para ello "todas las especialidades" policiales disponibles.
Respecto a la atención ciudadana, la institución armada aclaró que "todos los Centro de Atención Inmediata (CAI) de la Policía Metropolitana de Barranquilla están funcionando sin ninguna novedad", garantizando que los servicios básicos de policía de proximidad continúan operativos.
Finalmente, la Policía reiteró su llamado a la colaboración de la comunidad, instando a los ciudadanos a reportar cualquier situación o individuo sospechoso a través de la línea de emergencia 123, la cual opera de manera ininterrumpida las 24 horas.
Estas acciones se anuncian horas después de un trágico suceso ocurrido en el corregimiento de Palermo, Sitionuevo (Magdalena), donde un subintendente de la Policía perdió la vida. El uniformado fue atacado en medio de un hostigamiento armado a un puesto de control.
El atentado tuvo lugar aproximadamente a las 10:00 de la noche del lunes, a escasos metros del puente Pumarejo, estructura que enlaza Sitionuevo con la capital del Atlántico. El subintendente, quien resultó gravemente herido de bala, falleció horas después, alrededor de la 1:00 de la madrugada de este martes, mientras era atendido en la clínica La Misericordia de Barranquilla.