Crimen en Soledad: joven cristiano asesinado había recibido amenazas
Con el paso de los días, nuevos y perturbadores detalles sobre este homicidio han salido a la luz, revelando una historia que se torna cada vez más compleja.
El municipio de Soledad se encuentra conmocionado tras el asesinato de Jaider Antonio Rojas Bravo, un joven cristiano, ocurrido la noche del sábado 5 de julio en el barrio Ciudadela Metropolitana.
Con el paso de los días, nuevos y perturbadores detalles sobre este crimen han salido a la luz, revelando una historia que se torna cada vez más compleja.
Un ataque repentino
De acuerdo con los reportes de las autoridades, el suceso tuvo lugar alrededor de las 11:40 p. m. Rojas Bravo se encontraba tranquilamente fumando un cigarrillo en la carrera 7C Nro. 50C-2, un momento de aparente calma que fue abruptamente interrumpido.
En ese instante, dos individuos a bordo de una motocicleta negra, identificada con un bolso de Rappi, se aproximaron. Al pasar cerca de Jaider, el pasajero desenfundó un arma de fuego y, sin mediar palabra, le propinó dos disparos mortales en la cabeza.
Acto seguido, los agresores huyeron rápidamente en dirección al barrio Soledad 2000.
Tras los disparos, el joven cayó al suelo. Pese a la inmediatez de la emergencia, las heridas fueron de tal gravedad que Jaider Antonio falleció en el mismo lugar de los hechos a los pocos minutos.
La mañana siguiente, la noticia del asesinato de Jaider Antonio Rojas Bravo dejó a sus familiares y allegados en un profundo estado de shock e incredulidad.
No lograban comprender las razones detrás de un acto tan violento, especialmente considerando que Jaider era un joven profundamente entregado a Dios y a su comunidad.
Pasaba gran parte de su tiempo en la iglesia Catedral Apostólica Escalando Peldaños Central, donde era un miembro activo y querido. La brutalidad de su muerte contrastaba drásticamente con su vida dedicada a la fe.
Una amenaza previa
Sin embargo, las investigaciones han revelado un giro inquietante en el caso. Una fuente judicial informó que Rojas Bravo había recibido una llamada telefónica amenazante el mismo día en que fue asesinado.
La Policía ha confirmado que, en la mañana del 5 de julio, Jaider habría recibido una amenaza de muerte por parte de alguien cercano o conocido. El motivo exacto de esta advertencia aún es objeto de investigación, lo que añade una capa de misterio al trágico evento.
A pesar de la ominosa llamada, Jaider Antonio aparentemente no le dio mayor importancia y continuó con su día de manera habitual.
Incluso, en la tarde, cerca de las 4:00 p. m., se dirigió a su iglesia para participar en una asamblea, donde conversó con otros miembros sobre los planes futuros y proyectos que tenían en mente.
Lamentablemente, esta ola de violencia cortó de tajo no solo los sueños y proyectos que el joven cristiano planeaba materializar junto a sus amigos y la comunidad, sino también su deseo de seguir apoyando a sus dos hijas y a sus padres.
Su muerte deja un vacío irremplazable y un llamado urgente a la justicia.
