Jaider Gregorio Amador Quessep, uniformado asesinado, fue enterrado tras un ataque sicarial en el barrio San Luis.
El incidente fue registrado por una cámara de vigilancia y las autoridades están investigando.
Las investigaciones exploran su cargo actual y posibles vínculos con estructuras delictivas.
En horas de la tarde de este domingo 19 de mayo, decenas de personas recorrieron las calles del barrio San Luis con dirección a uno de los cementerios de la ciudad para cumplir con las honras fúnebres y el entierro del uniformado Jaider Gregorio Amador Quessep, quien murió este viernes tras un ataque sicarial en su contra.
El uniformado recibió un disparo en la cabeza mientras se encontraba junto a un automóvil en la carrera 4A con calle 94.
El incidente fue captado por una cámara de vigilancia cercana, donde se observa al agresor, vestido con un buzo gris y azul, disparar contra el patrullero antes de huir en una motocicleta negra.
Lo que se observa en los videos muestra que el uniformado intentó huir por sus propios medios, pero fue alcanzado por uno de los pistoleros, quien accionó su arma de fuego en reiteradas ocasiones.
El Brigadier General Herbert Benavidez, Comandante de la Policía Metropolitana de Barranquilla, habló oficialmente sobre estos hechos asegurando que ya se están adelantando las respectivas investigaciones.
“El día de hoy se presentó un hecho sicarial en el barrio San Luis, donde desafortunadamente pierde la vida uno de nuestros uniformados. Estos hechos, de acuerdo a la información recolectada, lo habrían ocasionado dos sujetos que se desplazaban en una motocicleta”, dijo inicialmente.
La investigación sobre los hechos
Aunque los móviles del atentado aún son indagados, se pudo confirmar que una de las primeras pistas que se siguió sobre el crimen del patrullero fue la relacionada con su actual cargo.
Agentes de la Sijín y el CTI de la Fiscalía intentaron moverse hacia esa dirección, queriendo verificar si existía alguna relación de sus funciones y posibles amenazas de presos en la estación policial.
Esa línea se contempló tras el homicidio en la capital del país del coronel en retiro de la Policía Nacional, Elmer Fernández, actual director de la Cárcel Modelo de Bogotá.
La otra versión
Pero después, la misma Policía, de manera interna, manejó la versión de que el uniformado Amador Quessep estaba “presuntamente vinculado con actores delincuenciales que tienen presencia en el área metropolitana de Barranquilla”.
Por ello se fueron a la hoja de vida del uniformado y encontraron que este había prestado servicio en la Unidad Antinarcóticos de la Policía Nacional, pero hacia el año 2020, con una pandemia en curso, fue desvinculado y trasladado al Caribe. Al parecer, superiores no confiaban en su labor.
Mensajes
Después, a la cascada de información que circuló en redes sociales, también se le puso la lupa. Este medio de comunicación estableció que las pesquisas se centran en mensajes que fueron publicados en grupos de WhatsApp que relacionaron al patrullero con estructuras dedicadas al tráfico de estupefaciente en Barranquilla y Cartagena. Por eso se envió notificación interna a la Policía Metropolitana de Cartagena para establecer si la orden de su muerte salió desde esa capital.
Fuentes de la institución armada señalaron que resultarían “evidentes” una serie de gastos personales del patrullero que serían de “difícil justificación”. Vehículos, fiestas, vivienda, administración de bienes y lujos que es poco común que los tenga un uniformado con el rango que tenía la víctima.