Carlos Andrés González Quiroz fue asesinado ayer en la madrugada en su casa, donde debía estar porque un juez se lo ordenó.
El joven, de 31 años, había sido detenido por la Policía Nacional que le halló en el interior de su vivienda cinco cartuchos calibre 38. Su aprehensión se produjo en medio de una persecución porque, según el reporte de los uniformados, cuando él los vio llegar a su residencia, huyó de esta.
Fue dejado a disposición de la Fiscalía General de la Nación que lo hizo comparecer ante un juez con funciones de control de garantías por el delito de porte de armas de fuego y/o municiones. Ese juez le concedió el beneficio de la detención domiciliaria, pero solo gozó dos días de la medida, porque lo buscaron para matarlo.
Según la Policía, la modalidad con la que fue cometido este crimen es el sicariato, y de este la institución tuvo conocimiento a la 1:00 de la madrugada cuando un primo de la víctima llegó hasta la Estación de Policía a informarles que a su primo, al que le decían ‘Carlota’, lo habían asesinado.
Una patrulla salió a verificar la información y en efecto halló el cadáver tirado en la calle 23 con carrera 23A.
La comunidad solo dijo haber escuchado los disparos y al salir a ver encontraron el cadáver en la calle, el cual fue ingresado al mediodía de ayer a la sede de Medicina Legal, hasta donde también llegaron familiares del joven que se abstuvieron de referirse al tema ante los medios de comunicación.
Los tres balazos le afectaron las regiones escapular y cervical izquierda, así como la esternal.
La víctima, que era hijo de Carlos Emiro González González y Lilia Quiroz Mendoza, tenía anotaciones por los delitos de fuga de presos, hurto calificado, homicidio y violencia intrafamiliar.