Pese a que Gilma Domínguez Manjarrés le insistió a su suegro José María Maury Bolívar, de 65 años, que no llevara a la niña en la bicicleta al colegio, este hizo caso omiso aduciendo que “su nieta no podía perder clases”.
Pero esto no ocurría todas las mañanas, pues la pequeña Helen Maury Domínguez, de 10 años, estudiante de tercer grado del Colegio Sueño Feliz, de Don Bosco, en Soledad, tenía como transporte dos motocarros.
El impase de la fatídica mañana de ayer consistió en que uno de ellos estaba de pico y color, y el otro no pudo ir a buscarla por razones personales, según contó la progenitora.
Fue así como el adulto mayor decidió emprender viaje, a las 6:30 de la mañana, con su nieta rumbo a la escuela, pero en la carrera 4 con calle 71, del citado barrio, ocurrió el trágico suceso.
“Todo parece indicar que el señor José María no vio la señal del Pare y al pasarse un alimentador de Transmetro lo arrolló. Pero, él logró percatarse de que el bus lo iba a impactar y tiró a la niña. Por eso la pequeña se salvó”, explicaron agentes de la Policía de Tránsito.
Maury Bolívar fue trasladado a la Clínica Agrupasalud y de ahí remitido a la Clínica La Victoria. En este centro asistencial murió a las 11:40 de la mañana, producto de un trauma craneoencefálico severo. La menor solo sufrió raspaduras y fue dada de alta ayer mismo.
“Si me hubiera hecho caso nada de esto habría ocurrido. Ahora deja un dolor muy grande a sus hijos y a toda la familia”, dijo Gilma, después de recibir la trágica noticia en el mencionado centro médico.
El adulto mayor era natural de Tubará, de donde se vino hace 8 años para vivir con el hijo, la nuera y la nieta, en el barrio Nueva Esperanza, de Soledad, luego de que su hijo saliera favorecido en el programa de viviendas gratis del Gobierno Nacional.
Era pensionado de la empresa Ladrillera Barranquilla y deja 6 hijos: 3 que se encuentran en Colombia y 3 en Venezuela. En los seis años de operación de Transmetro han muerto 14 personas en accidentes de tránsito en los que han estado relacionados alimentadores y articulados. Solo en el 2016 han perdido la vida cuatro personas por esta misma causa.