Ilustración del doctor José Gregorio Hernández.
Ilustración del doctor José Gregorio Hernández.Conferencia episcopal venezolana.
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Los médiums que curan a través del doctor José Gregorio Hernández

Conozca algunos de los rituales más utilizados en Latinoamérica para sanar a algunas personas. En Colombia son muchos los casos que han ocurrido.

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En humildes habitaciones convertidas en altares, entre velas encendidas, estampitas, oraciones y un profundo silencio, médiums de distintas regiones de Latinoamérica invocan al espíritu del doctor José Gregorio Hernández.

Lo hacen no por fama ni espectáculo, sino con la esperanza de aliviar el dolor ajeno. A través de ellos, aseguran que el "médico de los pobres" sigue salvando vidas más allá de la muerte.

José Gregorio Hernández, médico y científico venezolano fallecido en 1919, fue beatificado por la Iglesia Católica en 2021, pero desde hace décadas es considerado un santo popular por miles de devotos.

Su figura, vestida con traje negro, sombrero y bigote de época, es sinónimo de esperanza para quienes no encuentran cura en la medicina tradicional. 

Su nombre se invoca en oraciones caseras, pero también en sesiones espiritistas dirigidas por médiums, quienes aseguran canalizar su energía sanadora.

Rituales místicos

El proceso suele iniciar con una oración dirigida al "hermano José Gregorio", como le llaman con respeto y cariño. Algunos médiums entran en trance; otras veces simplemente cierran los ojos y permiten que "el doctor" actúe a través de sus manos.

Los testimonios aseguran que sus voces cambian, que adoptan un tono pausado y sabio, y que hacen diagnósticos certeros sin necesidad de exámenes médicos.

Uno de los rituales más comunes incluye la limpieza espiritual con agua bendita, el uso de infusiones naturales y el pase de manos por el cuerpo del paciente.

Algunos aseguran que el médium empieza a escribir fórmulas o recetas médicas sin haber estudiado medicina. Otros describen sentir una paz inmediata o experimentar mejorías tras la sesión.

En barrios populares de Caracas, Maracaibo, Barranquilla y hasta en comunidades migrantes en países como Colombia y Perú, estos encuentros siguen siendo frecuentes aunque discretos.

Los médiums, muchos de ellos herederos de tradiciones familiares, aseguran no cobrar por sus servicios: solo aceptan ofrendas como flores, velas blancas o imágenes del beato.

¿Curación milagrosa?

Mientras la ciencia médica pide evidencia, las personas que acuden a estas sesiones lo hacen con fe ciega. "A mí me sanó del asma después de años de gastar en tratamientos. El doctor me habló a través de una señora de La Guaira, y desde esa noche respiro normal", cuenta Adelaida Páez, una devota en Barranquilla.

Los expertos en religiosidad popular no se atreven a negar ni a confirmar. Lo cierto es que el culto a José Gregorio Hernández se ha entrelazado con prácticas espiritistas que, aunque no son promovidas por la Iglesia, conviven con la devoción católica.

Para quienes creen, el doctor José Gregorio Hernández no está muerto. Su alma, dicen, eligió seguir ayudando, y los médiums se han convertido en ese puente silencioso entre dos mundos: el físico y el espiritual.