Cuando Luis José Daza López era pequeño nunca se imaginó en ser médico, se dedicó a ser niño, a jugar y a disfrutar plenamente esa etapa de su vida en su natal Villanueva y no pensaba mucho en lo que sería en el futuro.
Tampoco tenía influencia familiar cercana, porque entre sus allegados no había médicos. Su padre José Lucas Daza Peña era y sigue siendo docente, mientras que su madre Flor María López es ama de casa. Sin embargo, sí hubo varias señales que marcaron el camino hacia lo que es hoy, un destacado médico guajiro que hace parte del equipo de hematólogos que reactivó los trasplantes de médula ósea en el Caribe colombiano.
Una de esas señales se dio al ser escogido como enfermero del Colegio Roque De Alba cuando cursaba primaria. “Eso y la admiración que sentía por mi vecino Salomón Daniri, un doctor que vivía al lado de mi casa, creo que fueron el punto de partida”, anotó Luis José.
Dice que fue una época muy tranquila y a pesar de las carencias propias de la situación económica en su hogar, reconoce que fue llena de felicidad.
En la actualidad es conocido en las redes sociales por los videos que son publicados con sus pacientes, explicando alegremente y con gran optimismo cada uno de los procedimientos que realiza.
El más reciente fue el que publicó con Yemit Parody, un niño guajiro quien se recupera de un trasplante después de sufrir cuatro años por una leucemia.
En el video el menor le dedica unas palabras a su médico en portugués, idioma que le enseñó durante su estadía en la Clínica Blas de Lezo de Cartagena.
Trayectoria académica excelente
Cuando Luis José Daza, ahora de 37 años, terminó la secundaria en el Colegio Los Àngeles de Villanueva, municipio del sur de La Guajira, no lo pensó mucho y se trasladó a Santa Marta para iniciar la carrera de medicina en la Universidad Cooperativa de Colombia, alma mater que publicó en 2017 una nota para rendirle un homenaje por el reconocimiento especial que le otorgó la Universidad Federal de Fluminense en Río de Janeiro, Brasil, gracias a su excelente desempeño y amor por la profesión.
En esa comunicación el decano de la facultad de Medicina, Salìn Touchié Meza, aseguró que “en la época de estudios, era un alumno destacado, dedicado a sacar adelante su carrera y gracias a este empeño fue ganador de la beca que brinda nuestra institución en varias oportunidades”.
Siempre estudió becado, fue galardonado como el mejor egresado y también fue el mejor interno de Colombia. Su promedio de 4.5 se mantiene hoy día como el más alto que ha habido en esa institución educativa.
Allí cursó su carrera entre los años 2003 y 2008, luego de lo cual se fue a Brasil donde se especializó en medicina interna y luego en hematología.
También realizó un Fellow un periodo de formación para los médicos que ya han realizado un internado o residencia) en trasplante de médula ósea y terapia celular en el Hospital de Porto Alegre con la Universidad Federal de Rio Grande del Sur, entidad que le dio la congratulación.
Debido a su espíritu investigativo, amor y entrega por los pacientes obtuvo un reconocimiento como mejor egresado en Medicina Interna en el Instituto Carlos Chagas de Río de Janeiro y mejor residente egresado en Hematología por la Universidad Federal de Fluminense de la misma ciudad.
La alma mater donde cursó su pregrado en Santa Marta lo vinculó desde el 2015 a su planta de docentes para dictar el módulo de hematología en el curso clínicas del adulto y según las directivas “esto le ha permitido convertirse en uno de los docentes más queridos por los estudiantes”.
El primero, a una docente guajira
El 6 de marzo de este año el doctor Luis José Daza hizo parte del equipo que realizó el primer trasplante de células madres hematopoyéticas (médula ósea) en la Clínica Blas de Lezo de Cartagena y del cual también hacen parte los médicos Ángel Castro, Soraya Paternina y Lievi Correa.
La paciente fue la educadora guajira Olga Loaiza Medina, quien presentaba un mieloma múltiple, un tipo de cáncer hematológico. A ella se le hizo un trasplante Autólogo, un procedimiento en el cual el donante es el mismo paciente.
“Fue el primer trasplante de este tipo que se realizó acá, algo muy significativo ya que muchos pacientes con patologías malignas tienen que ir a otras ciudades lejos de sus residencia por falta de infraestructura en nuestra región y algunas veces fallecen esperando un traslado”, afirma Daza.
Agrega que este ha sido un reto muy bonito por la relación con sus compañeros, a quienes calificó como unos grandes profesionales y seres humanos, pero además por las sensaciones que le produce el hecho de salvar vidas.
La docente se encuentra bien, realizándose los controles, pero sobre todo satisfecha y agradecida con los médicos.
Ella inicialmente tuvo resistencia cuando le informaron que su tratamiento sería en Cartagena. “Yo no quería, me resistí, pedía que me enviaran a otra ciudad, pero ahora pienso que Dios así lo quiso para curarme, porque no tengo palabras para describir la atención que recibí de ese equipo de médicos”, manifestó la profesora Olga.
Dice que el trasplante fue un éxito, no solo gracias a la ciencia, sino a la atención tan especial de Luis José Daza y sus compañeros. “El doctor es algo especial, nos hace sentir importante, es cariñoso, pendiente de todos los detalles y es dueño de un gran carisma”, añade.
El médico explica que los trasplantes se realizan a quienes padecen de patologías malignas, leucemias agresivas o patologías autoinmunes como el lupus, artritis, incluso benignas como la anemia de células falciforme.
Yemit ya habla algo de portugués
El protagonista del video que publicó el médico Luis José Daza recientemente es su paciente Yemit Parody Aragón, un niño de Fonseca (La Guajira), quien sufría hace unos cuatro años de leucemia y a quien se le practicó el primer trasplante de tipo Haploidéntico, es decir cuando el donador es otra persona compatible con el paciente.
Fueron las células de su padre Gustavo Parody las que le salvaron la vida.
“Desde que nos informaron sobre la enfermedad de Yemit el mundo se nos derrumbó, quedamos devastados y pensamos lo peor, pero comenzamos la lucha para conseguir curar a nuestro hijo”, afirma Gustavo. Él y su esposa Zandra Aragón junto a sus otros dos hijos se trasladaron durante un tiempo a Bucaramanga donde era atendido Yemit y luego regresaron a Fonseca cuando declararon que estaba curado, sin embargo la enfermedad volvió y fue cuando tuvieron que ir a Cartagena, ya que el niño necesitaba un trasplante.
“Es lo mejor que nos ha sucedido, Yemit fue intervenido y considero que el 50% de su recuperación se debe a la actitud de los médicos, a su atención especial, a la forma tan humana como es tratado por parte de los médicos”, anota el padre.
Luis José Daza, su paisano, le enseñó portugués y el mensaje en el video, Yemit lo dice en ese idioma. “El doctor ha sido una bendición para Yemit, más que médico y paciente, son amigos”, indica su papá.