Historias

La historia del niño negro que quería ser nazi

Ser hijo un diplomático liberiano y de madre alemana sirvió para que Hans J. Massaquoi no fuera desaparecido o llevado a un campo de concentración durante la Alemania nazi.

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1933. Un pequeño niño negro porta con orgullo una esvástica nazi, mientras camina con sus compañeros de clase de un colegio en Hamburgo, Alemania. Su nombre era Hans J. Massaquoi, hijo de una enfermera alemana y un diplomático liberiano, y consiguió sobrevivir bajo el régimen de Hitler durante la segunda Guerra Mundial. Esta es la historia que encontró el periodista Brais Iglesias Castro para la revista Vice

Sobreviví gracias a un vacío en las leyes raciales. No éramos suficientes en mi ciudad para que los nazis se fijaran en mí", escribió Massaquoi, en su biografía Testigo de raza: un negro en la Alemania nazi.

Su historia es única, pues la población negra durante la dictadura del Führer era casi inexistente dentro de los casi 65 millones de alemanes que vivían en aquella época.

Massaquoi era nieto del cónsul de Liberia en Alemania, debido a esto ostentaba inmunidad, lo que le permitía vivir día a día con los niños, supuestamente arios, en un lugar privilegiado para la élite alemana.

En 1934 y luego de oír a Herr Wriede –líder de las Juventudes Hitlerianas- en el patio de la escuela, el pequeño Massaquoi solicitó, al igual que sus compañeros de clase, el ingreso a esa organización. No lo logró.

Luego de la decepción de ser rechazado por la organización de Hitler, La vida para Hans J. Massaquoi cambiaría aún más, después de que el atleta afroamericano Jesse Owens humilló a los nazis en las Olimpiadas de Berlín de 1936. Hitler y los alemanes aumentaron el discurso de odio en contra de la raza negra por lo que la familia paterna tuvo que huir dejándolo solo con su madre.

La desazón del pequeño estaba solo por empezar. Letreros en los columpios que prohibían a los niños ‘no arios’ montarlos, profesores que desaparecían –en su mayoría eran judíos- y burlas de la gente que lo comparaba con un mono, eran las circunstancias del diario vivir de Hans.

En los años de conflicto sobrevivió gracias a su madre y estuvo a punto de ser reclutado por los nazis – a pesar de haber sido rechazado en la niñez por la Hitlerjugend-, en pleno declive del ejército alemán, pero no pudo entrar por falta de peso.

Tras la derrota de los nazis por parte de los aliados, Massaquoi empezó a ganarse la vida como saxofonista de jazz para luego viajar a los Estados Unidos, donde –ahora sí- entraría al ejército para pelear la Guerra de Corea.

Al regresar a la tierra del Tío Sam, Hans entró a la universidad para convertirse en periodista, una profesión a la que le regaló cuatro décadas en la revista Ebony, un referente para todos los afroamericanos. Hans Massaquoi murió en 13 de enero de 2013 en Nueva Orleans y dejó una historia particular que lo ayudó a convertirse en un referente para la lucha de los derechos de los afroamericanos.

Les dejamos un fragmento de la película alemana que se filmó sobre su magnífica historia: