Historias

15 años después del secuestro y asesinato de La Cacica a manos de las Farc

Un día como hoy murió la fundadora del Festival de la Leyenda Vallenata.

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En el Olimpo del acordeón existen 43 hombres que han ostentado el título de Rey Vallenato y a una mujer se le reconoce como la matrona de este género: Consuelo Araujonoguera. La Cacica, como era conocida popularmente, se echó a cuestas la responsabilidad de crear un concurso exclusivo para la música vallenata junto al destacado compositor Rafael Escalona y el líder político liberal Alfonso López Michelsen.

Durante 32 años, la Cacica, fue la líder del Festival Vallenato, fiesta creada en 1968 y cuyo primer monarca sería Alejandro Durán. Sin embargo, su gestión la frenaron a sus 61 años, el lunes 24 de septiembre de 2001, cuando guerrilleros del frente 59 de las Farc la secuestraron en la zona de La Nevadita (cerca al corregimiento de Patillal, Valledupar). En esa época se desempeñaba como ministra de Cultura del gabinete del presidente Andrés Pastrana. Cinco días después el país se enteró de su ejecución a manos de esta guerrilla.


En Valledupar construyeron el monumento La Pilonera Mayor en su memoria.

Al cumplirse 15 años de esa triste noticia, AL DÍAcontactó a familiares, amigos y conocedores de este folclor,quienes hablaron de los principales aportes que la líder hizo a la cultura, su ausencia y recordaron anécdotas junto a esta mujer que deja un legado valioso para la auténtica música vallenata.

El investigador cultural Celso Guerra Gutiérrez señala que la Cacica más allá de crear un concurso para acordeoneros se convirtió en la mujer que le abrió las puertas a esta música.

“Lo que ella hizo fue muy grande para la cultura Caribe, ya que sacó a los acordeoneros de las vaquerías y potreros y los llevó a los grandes salones sociales; porque anteriormente nuestros juglares no eran aceptados por la alta sociedad y ella se dio a la tarea de mostrarlos en un escenario diferente, hizo un concurso exclusivo para ellos y allí fueron ganando renombre a nivel nacional”, explicó Guerra Gutiérrez, quien señaló además que los conocimientos de Consuelo no se limitaban solo al vallenato, sino que la describe como una enciclopedia mundial de la música.

El periodista Juan Rincón Vanegas, quien fue cercano a ella, explica que su brío fue constante y gracias a ello el Festival Vallenato paso de tener 8 acordeoneros y una acordeonera (Fabri Meriño) en su primera edición, al contar en la actualidad con más de 350 digitadores. “La Cacica dejó unas bases bien cimentadas sobre lo que es el vallenato, con la publicación de su libro Vallenatología, en 1973, dejó una hoja de ruta que deben seguir los gestores de esta música para preservarla”.

Rincón Vanegas anota que otras de sus obras más relevantes fueron los libros Rafael Escalona, el hombre y el mito y Lexicón del Valle de Upar. También resalta su labor como columnista del diario El Espectador, en el que escribió por 22 años, La carta vallenata y su faceta como política.

ES UN DOLOR INCESANTE

Dos de sus seis hijos, Rodolfo y Andrés Molina, evocaron a Consuelo como la matrona de su familia y manifestaron que este tiempo sin ella ha sido muy doloroso. Rodolfo, presidente de la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata, la recordó como un ser lleno de paz y amor.

Por su parte Andrés destaca la estricta disciplina de su madre, que rayaba en lo militar. “Tenía organizados todos los aspectos de su vida de una manera envidiable. Aún me pregunto a qué hora tuvo seis hijos, cuándo escribió tres libros, dirigió más de 30 ediciones del Festival y hacía su columna semanal para El Espectador. La única explicación que encuentro es su disciplina de vida, no de trabajo, sino de poder sacar sus proyectos y convertirlos en realidad. En lo demás se puede decir que tenía un imán dentro del corazón, con una personalidad magnética ya que donde llegaba siempre atraía a las personas con su carisma”.


Durante 32 años, Consuelo Araujonoguera (derecha) elideró el Festival Vallenato.

A cuatro días de que los colombianos refrenden o no el proceso de paz del actual gobierno con las Farc, grupo guerrillero que ultimó a la Cacica, sus hijos también expresaron sus sensaciones al respecto.

A su turno, Andrés Molina, señaló que “es un sentimiento encontrado, uno se siente entreverado, porque por una parte como colombianos nos llena de esperanza que no van a haber más víctimas de la guerra. Pero como hijo de Consuelo siento dolor porque las Farc no han hecho un acto especial para pedirnos perdón por su ejecución. Esa es una espina que llevamos, porque lo del lunes en Cartagena no es suficiente para una persona de su trascendencia”.

SUS ÚLTIMAS HORAS

Cecilia ‘la Polla’ Monsalvo, quien fue secuestrada junto a Consuelo cuando se desplazaban en un automóvil hacía el corregimiento de Patillal (Valledupar), para enaltecer a la Virgen de las Mercedes, contó detalles del secuestro y las últimas horas de la Cacica.

“Más de cuatro hombres nos interceptaron, llevándonos hasta el sector conocido como La Vega, allí estuvimos un buen rato, ella estaba tranquila, porque tenía la certeza de que íbamos a regresar rápido a casa, ya que en el pasado había servido de intermediaria con este grupo.

Un jefe guerrillero de piel morena nos hizo saber que estábamos en poder del frente 59 y que debíamos ser obedientes. Fue muy amable, nos ofreció un tinto cargado de azúcar y Consuelo no permitió que yo lo tomara por mi problema de diabetes, pasamos juntas casi todo el día y en la noche se la llevaron, porque ella era su objetivo, a mí y a Es tela Molina (hermana del Cocha Molina), nos dejaron libres. Ella nos dijo adiós en medio de lágrimas, quizás presentía que sus días en este mundo habían terminado”.