A pocas horas de cumplir 99 años de vida, el maestro Rafael Campo Miranda, célebre por creaciones como Lamento náufrago, Pájaro amarillo, Playa, brisa y mar, entre muchísimos éxitos; les abrió las puertas de su casa a AL DÍA y nos reveló parte de los ‘secretos’ de su portentísima obra musical.
Este lunes le añadirá una velita a su torta de cumpleaños, por lo que un grupo de admiradores de su talento le ofrece un merecido homenaje en su terruño, Soledad. Desde las 9:30 de la mañana el Centro Literario Gabriel Escorcia Gravini, liderado por William Barros; y la Casa de la Cultura ‘Pacho Galán’, que dirige Álvaro Zequeda, le brindarán un homenaje en la casa de evento 1813. Los honores incluyen una serenata con una canción a su nombre, y le develarán un busto.
El maestro Campo Miranda vive solo en el quinto piso de un edificio del norte de Barranquilla bajo los cuidados de Yaneris Meriño, su empleada de confianza.
Sus tres hijos (Rafael, Margarita y Marta), suelen visitarlo con frecuencia. A pesar de la edad goza de una memoria fresca, y sentarse a hablar con él es sumergirse por las estrofas de sus clásicos, descubriendo el verdadero sentido de cada palabra.
Camina lento, apoyado en un bastón o en un caminador, pero las palabras le fluyen con una rapidez envidiable. Es tanta la pasión que la música sigue despertando en él, que se dio a la tarea de recopilar todos los reconocimientos que ha recibido, y ahora los guarda en un cuarto al que denominó la ‘Sala de los Galardones’. Allí con un breve paneo cualquiera puede darse cuenta de la grandeza de este orgullo costeño, cuyas canciones conquistaron especialmente Venezuela, Argentina y México.
P.
¿Qué opina de los nuevos compositores?
R.
Ellos están en su afán de crear, y casi que lo hacen por encargos, pero es que no es tan fácil esto de crear buenas letras, porque si uno no está cimentado espiritualmente con ese don, no puede hacer nada. Esto es algo que Dios le da a uno, por ende somos pocos los capaces de crear letras que se paseen por los oídos de distintas generaciones. A los nuevos les diría que se preocupen por a hacer una canción que trascienda y no cien para escuchar por un momento.
P.
¿Ha oido hablar o escuchado reguetón?
R.
Estoy tan enfrascado en lo mío que no le paro bolas a esa música, porque son como la vida de la mariposa, muy efímeras, como el charlestón que no tuvo futuro, de modo que estoy empeñado en engrandecer la obra de mi región Caribe.
P.
Las circunstancias sociales que rodean a un compositor y que nos afectan a todos en el desarrollo de la sociedad infl uyen en este para su creación artística; o la musa llega solo por vivencia personal, individual.
R.
Bueno yo soy poco imaginativo, no me gusta abusar de lo irreal, así que me inspiro en mis vivencias, cada hora mía tiene una razón de ser que es la experiencia. Así que de situaciones que me ocurrieron escribí por ejemplo Playa, brisa y mar, Lamento naufrago, Pájaro amarillo, Entre palmeras, Nube viajera. Todas son basadas en mis experiencias.
P.
¿Cuál considera usted su obra cumbre?
R.
Lamento náufrago, porque me recuerda una historia que me enternece cada vez que la escucho. Se trata de una mexicana que conocí en Puerto Colombia, lugar que años anteriores era uno de los favoritos para ir a hacer turismo, ella se llamaba Adriana. Nos hicimos muy amigos y luego salíamos a caminar por las tardes debajo del muelle, había una gran empatía entre nosotros, y luego con mis dotes poéticas la enamoré. Este romance es el que da pie a Lamento náufrago. “Sobre la arena mojada, bajo el viejo muelle/la besé con honda pasión/ porque era un amor perdido, perdido en la playa/perdido en la bruma del mar”. Es una historia muy linda, de hecho aún conservo un anillo que ella me regaló, lo llevo puesto en el anular izquierdo. Lástima que se trataba de una mujer ajena, sino creo que no la hubiera dejado volver a su país, sino que la seguiría acariciando en la arena mojada donde muchas veces la hice mía.
P.
¿Qué modelo tomó o que otro compositor lo motivó para meterse en esto del arte?
R.
Yo era amante del porro y me di cuenta que muchos críticos decían que era rico en sonidos, pero carecía de letra, así que esas palabras se me quedaron grabadas en mi mente y me dediqué a embellecerlo con poesía Pacho Galán me ayudó mucho en este proceso, era mi arreglista de cabecera, fue quien le puso la música a Playa, brisa y mar, que el cartagenero Antonio Fuentes (propietario de Discos Fuentes) no me la quería grabar porque dizque el porro no debía llevar poesía. Así que la enviamos al sello discográfi co Odeón, en Buenos Aires, y me la grabó en 1954 el dúo Marfi l y Ébano a ritmo de porro. La canción se convierte en éxito por Argentina, luego en Venezuela y entra a Colombia por Bogotá y fi nalmente a la Costa donde se dieron cuenta de que tenía razón y que sí había que vestir al porro de lírica.
P.
Cuéntenos sobre su súper éxito “Pájaro amarillo”
R.
Una vez fui fi chado por un comité para que formara parte del personal concursante en Villavicencio, y estando en San Martín (Meta), observé como un toche se paraba cerca a una pareja y justo en el momento en que se besaron, el ave alzó el vuelo. Esta escena fue la que me inspiró a escribir Pájaro amarillo. Muchos creen que se la hice a un turpial, pero no, fue al toche. Lo más increíble es que esta letra gustó tanto que los gringos se enamoraron de ella. Los productores de la empresa productora de cine Paramount Pictures vinieron hasta Barranquilla para negociar la inclusión de esta canción en la cinta El Mundo de los Aventureros (1970). Yo no supe qué contestarles, ni mucho menos cuánto cobrarles, así que me asesoré con Sayco y me sugirieron que cobrara $400.000, toda una fortuna para esa época. Fui a negociar con ellos y me pusieron en el escritorio un cheque por $300.000, yo ni pedí que me dieran más, sino que agarré el cheque y salí casi que corriendo. Con esa plata se me arregló la vida, me compré una camioneta amarilla, una casa fi nca en Caracolí (Malambo) que llamé ‘Pájaro amarillo’, hasta vestí a toda mi familia de amarillo (risas…).
P.
¿Qué recuerdos tiene de su infancia en Soledad?
R.
Allá fue donde sentí un fenómeno espiritual y mental para que utilizara el corazón de la gente de mi querido terruño, y me inspirara para componer canciones, entre ellas 95 que me han grabado innumerables agrupaciones como Rafael Armani, Chucho Sajona, La Billo’s, la Sonora Matancera, Pacho Galán, entre otras.
P.
¿Todavía compone?
R.
Yo vivo en función de la composición, para mi este es mi alimento espiritual, el día que no lo hago me siento mal, es como si me faltara el alimento.Esto me ha dado grandes beneficios y me siento dichoso porque es un trabajo lindo que luego me es retribuido. Compongo a ritmo de cumbia sobre todo y lo hago inspirado en Soledad, la tierra que tanto amo.
P.
¿Qué siente a estar cada vez más cerca de llegar al siglo de vida?
R.
Yo soy viudo y me entristece mucho la soledad, busco aliento es en la composición, es decir que yo con la música refresco mis tristezas. Desde que falleció mi esposa, María Del Socorro Vives, mi vida no es igual, ella fue la mujer que me dio a mis tres hijos (Rafael, Margarita y Marta). Así que la idea de cumplir 99 años es algo que me llena de sentimientos encontrados. Por un lado me gusta porque la vida me trata bien, no sufro de nada, ni de presión, azúcar, triglicéridos; mi única enfermedad es la nostalgia. Pero yo tengo la receta a la mano para hacer más duras mis penas, agarro un cuaderno y un lápiz y comienzo a componer, eso me mantiene la mente ocupada y hace que no llore.
P.
¿En una frase cómo se definiría?
R.
Soy un poeta sencillo, porque mi poesía se basa en el folclor, algo que todos escuchamos, sentimos, cantamos y bailamos.
P. ¿Cómo recibe el homenaje que le harán mañana en su natal Soledad?
R.
Era algo que estaba esperando toda la vida, porque muchos creen que soy porteño, barranquillero o malambero, y mi origen es Soledad. El hecho de que haya tomado como referente el muelle de Puerto Colombia para unas de mis canciones no me hace de esa tierra. Yo añoro Soledad, r ecuerdo mucho las cometas que volaba en la calle de Coco Solo y las carreras de caballos. Jamás he dejado de sentirme orgulloso de mis raíces y por eso celebró estos 99 años con mucho regocijo, y agradezco este homenaje que me hace la Casa de la Cultura Pacho Galán dirigida por Álvaro Zequeda y William Barros.