Siete barberos están concentrados con sus clientes en una hilera de sillas, frente a igual número de espejos empotrados en una pared que tiene imágenes de sitios emblemáticos de Nueva York.
En los altoparlantes suena música urbana, alternada con salsa dura. Hay muchísimas personas esperando su turno. Algunos revisan sus celulares, otros juegan en la mesa de billar del fondo y dos jovencitos miden las fuerzas del clásico Barcelona-Real Madrid en la consola de PlayStation 4. ‘Dominic’, uno de los barberos, empieza a hablar con su acento extranjero, gesticulando y riendo. Si no fuera por el bus de Sobusa que pasa por la puerta del local, cualquiera creería que es una barbería de República Dominicana —de donde es él— o de la Gran Manzana.
Pero no. Estamos en la carrera 43 con calle 74, una de las zonas comerciales de Barranquilla. Allí, en Urbano Barber Shop, ha renacido el oficio de barbero, que para esta nueva generación es un verdadero arte.
‘Dominic’, un duro con la máquina y la cuchilla. | Luis Felipe De la Hoz
“Esto se debe hacer por amor, no por moda.No porque yo vea que fulano se está ganando 300 pesos yo también voy a ser barbero para ganarme lo mismo o más. A esto hay que ponerle cariño, disciplina”, dice ‘Dominic’, haciendo alusión a que después de Urbano Barber Shop, se ha visto un auge de este tipo de sitios en los cuatro puntos cardinales de la ciudad.
El verdadero nombre de este dominicano es Cleudy Fabián, tiene 31 años y a los 13 salió de su natal Bayaguana, municipio de la provincia Monte Plata. Su primera parada fue Caracas (Venezuela), donde conoció a la barranquillera Melissa Córdoba. Se enamoraron y en la tierra de Simón Bolívar tuvieron a su primera hija Miah. Hace casi tres años llegó con su familia a Barranquilla.
“Es que tú sabes, los dominicanos somos migrantes. Si no eres merenguero ni beisbolista, eres barbero. Allá hay muchas barberías. Uno sale de su país con una máquina de motilar bajo el brazo y se puede ganar la vida en cualquier parte”, cuenta entre risas. Antes de dedicarse a acicalar, ‘Dominic’ fue bar tender y estudió piscicultura.
Además es técnico en informática. Pero, la verdad, no se imagina haciendo otra cosa que motilar y pulir barbas.
CÓMO NACIÓ LA IDEA
Juan David y Dagoberto Cantillo Manotas acostumbraban, como gran parte de los barranquilleros, a motilarse y a hacerse la barba en peluquerías unisex. Era normal que llegaran a un local y al lado de ellos tuvieran a mujeres haciéndose el blower, o tiñéndose el cabello. En uno de esos salones conocieron a ‘Dominic’.“Siempre nos hablaba de cómo era este negocio en Dominicana, que los hombres no iban a peluquerías sino a barberías como las que existían antes en el Centro, por ejemplo, pero con nuevas cosas, más estilo urbano”, dice Juan David, de 30 años.
“Una vez, en una de esas motiladas, nos propuso que nos aventuráramos a montar un negocio como los de su país, o los que existen en Nueva York. Le hicimos caso, llevamos a cabo un estudio de mercadeo y decidimos meterle el hombro. Hace un año y medio estamos en este barco, que afortunadamente ha navegado bien”, asegura Dagoberto.
“Es que imagínate, el barbero es como un psicólogo. Si al pana que estás motilando le caes bien, empieza a contarte si la mujer está rara, si tiene una aventura. En una peluquería unisex eso no lo puede hacer, la escuchan las mujeres y se riega el chisme o a uno le da pena”, bromea ‘Dominic’. | Luis Felipe De la Hoz
Más allá de la nostalgia del barbero antiguo, aquel de cabello engominado, que afilaba la cuchilla con pedazos de cuero mientras cantaba la ópera Las bodas de Fígaro,las barberías ahora hacen parte del Show business o mundo del espectáculo.
“Tenemos sonido profesional, una mesa de billar para que los clientes esperen amenamente su turno, el PlayStation, además ofrecemos accesorios urbanos como lentes, camisas, gorras. También se pueden tomar una cervecita para refrescarse, un helado”, cuenta Junior Buelvas Soto, de La Comercial.
Artistas de la talla de Peter Manjarrés y Danny Daniel, y jugadores de Junior llegan allí y se confunden con los clientes del común. “Hacemos show con humoristas como Lucho Torres, Humor Quillero y El Capo del Humor, a veces vienen bailarinas y deleitan al público”, indica Juan David.
AMOR, DEDICACIÓN Y PASIÓN
Hace dos meses Estarlin Fabián, hermano de ‘Dominic’, llegó a Barranquilla a trabajar en Urbano Barber Shop. Tiene 26 años y hace 5 vivía en Venezuela. Alcanzó a estudiar en una academia en República Dominicana, pero dice que solo aprendió lo básico y que su experiencia con la cuchilla y el degradado la adquirió en la calle.
Niños, jóvenes y adultos acuden a Urbano. Aquí Ralf, el barbero de Junior. | Luis Felipe De la Hoz
“En Dominicana hay mucha competencia y si no te destacas por la calidad, te mueres de hambre”, afirma al tiempo que dice sentirse como en casa. Estarlin completa el grupo de 7 barberos con los que cuenta Urbano. Un grupo en el que los nombres extraños abundan, por eso prefieren llamarse por sus seudónimos: Ronald Barber, Davo Flow, Dawing, Amil, Ralf y David, uno de los encargados de la otra sede que tienen, en Villa Carolina.
Ronald Barber, Davo Flow, Dawing, Amil, Ralf y David, uno de los encargados de la otra sede que tienen, en Villa Carolina. | Luis Felipe De la Hoz
Precisamente David Dávila Flórez, de 33 años, es el reflejo de lo que significa para ellos ser barberos. Es de Riomar, estrato alto. A los 16 años empezó su relación con la máquina y las cuchillas. Al principio era visto como un vago, así que abandonó por un momento su pasión y estudió carreras afines al mercadeo, las ventas y la publicidad. Alcanzó a trabajar en eso hasta que se decidió por lo suyo.
“Esto se debe hacer por amor, no por moda. No porque yo vea que fulano se está ganando 300 pesos yo también voy a ser barbero para ganarme lo mismo o más | Luis Felipe De la Hoz
“Para nosotros esto es lo más sublime. A todos nos pasa que dormidos, soñamos con nuevos cortes, nuevas técnicas”, asegura. En el vuelco que ha tenido este negocio, ellos son los verdaderos artistas.
Para un millón de historias diferentes, síguenos en nuestra página de Facebook