Iban a ser solo unos minutos de emociones fuertes en Fin de Año, pero ocho personas acabaron pasando la noche bloqueados a 50 metros del suelo en una gigantesca atracción de feria en Francia.
"Ha sido largo, hacía frío, daba miedo", explicó Antoine, un joven de 23 años, envuelto en una manta de supervivencia.
"Creí que nunca llegará a bajar. Es muy traumático", agregó después de que los bomberos pusieran fin a una dura experiencia de nueve horas en la ciudad de Rennes, en Bretaña (oeste).
Como otras siete personas, entre ellas cinco adolescentes, Antoine se quedó bloqueado en el "BomberMaxxx", un gigantesco brazo de 52 metros que gira a toda velocidad.
La vuelta apenas debía durar unos minutos. Pero el lunes hacia las 20H30, el brazo se bloqueó, dejando atrapados a los ocho pasajeros que estaban arriba.
Cuando se detuvo, "vimos chispas, escuchamos un fuerte ruido metálico, nos imaginamos lo peor. Tenía miedo de que la seguridad de los arneses cediera", describió en tierra Beatriz, madre de Louna, una adolescente de 13 años que pasó ocho horas en el aire.
El propietario de la atracción, Alexandre Thinel, dijo que fue "una pieza nueva que cedió y se bloqueó". "Es un incidente técnico que no había ocurrido nunca antes. Por suerte, no tiene ninguna peligrosidad para los clientes. La única dificultad es bajarlos", agregó.
Los bomberos tuvieron que hacer varios intentos antes de poder socorrer a todos los pasajeros con todas las garantías de seguridad.
Su escalera de 30 metros era demasiado corta, por lo que hubo que recurrir a un helicóptero que llevó a un socorrista hasta la góndola poco antes de medianoche.
Otro socorrista que estaba en tierra pudo reunirse con él poco después con ayuda de una cuerda. A continuación, ambos pasaron largo tiempo equipando con arneses a cada uno de los pasajeros e instalando un sistema de descenso en rápel.
En la madrugada, una pelea estalló entre las familias y los feriantes.
A las 04H00 bajó por fin el primer pasajero, recibido con vítores y aplausos. El último puso un pie en tierra dos horas después.
"El año que viene me quedo en casa con canapés y champán", dijo Nicolas, uno de los rescatados, de 47 años.