Luis Gregorio Ramírez Maestre, 'el asesino de la soga', mató a más de 30 mototaxistas en el país.
Luis Gregorio Ramírez Maestre, 'el asesino de la soga', mató a más de 30 mototaxistas en el país.Cortesía
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"Ya para mí era normal": el ´Asesino de la soga´ narró cómo asesinaba a sus víctimas

Luis Gregorio Ramírez Maestre relató en un podcast como torturaba y asesinaba a sus víctimas. La justicia lo condenó por 36 crímenes, pero él mismo reconoce que la cifra podría ser mayor.

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El nombre de Luis Gregorio Ramírez Maestre volvió a estremecer al país.

Considerado uno de los asesinos en serie más temidos de Colombia, este hombre reveló en el podcast ´Más allá del silencio´como planeaba y ejecutaba los crímenes que lo llevaron a sembrar el terror entre los mototaxistas de la Costa y otras regiones.

Conocido como ´El Asesino de la Soga´, ´El Monstruo de Tenerife´ o incluso ´El Dexter´, Ramírez confesó haber asesinado al menos a 36 hombres entre 2006 y 2012, aunque testigos sostienen que el número real podría acercarse a los 60 homicidios.

Nacido en Valledupar el 30 de septiembre de 1980, su primer crimen lo cometió en 2006: un joven de 19 años fue llevado a una finca en la vía a Bosconia, donde Ramírez aplicó el método que se convertiría en su macabro sello. Ataba a sus víctimas con sogas y realizaba tres nudos en manos, pies y cuello, hasta provocar la muerte por asfixia.

Siempre buscaba un árbol cercano para fijar los amarres, y en ocasiones las víctimas agonizaban lentamente, entre la deshidratación y la falta de aire.

"Ya para mí era normal, no me importaba" relató desde prisión, confesando que al inicio los crímenes le generaban satisfacción, pero luego dejó de sentir emociones.

El pódcast, dirigido por Rafa Poveda, también contó con la participación de Belisario Valbuena, neuro-criminólogo y psicólogo forense, quien analizó la personalidad del asesino serial.

Ramírez operó en distintos puntos de la geografía colombiana: Sabanalarga (Atlántico), Aguachica (Cesar), Tenerife (Magdalena), Valledupar (Cesar), Puerto Wilches (Santander) y Santa Marta (Magdalena). Siempre elegía a jóvenes mototaxistas entre 19 y 30 años, de contextura delgada y estatura menor a 1.70 metros.

En las escenas del crimen la Policía hallaba un detalle perturbador: comida. Ramírez solía sentarse a comer frente a sus víctimas mientras agonizaban.

En 2012 fue capturado y condenado a 57 años de cárcel por homicidio agravado, tortura y hurto, aunque la pena fue rebajada a 34 años tras aceptar cargos.

Lleva 12 años recluido en la cárcel La Tramacúa, y calcula que en unos ocho años podría quedar en libertad al cumplir tres quintas partes de su condena. Pese a su prontuario, el asesino asegura contar con el apoyo de su esposa y sus tres hijos, quienes lo han acompañado durante su reclusión.

Lo mataron a tiros en una gallera de Chimichagua, Cesar