La labor de un profesor requiere paciencia, tiempo y dedicación para poder impartir correctamente los conocimientos, que son asimilados de una mejor manera cuando la disposición de los alumnos es la adecuada. Se requiere un balance perfecto entre interés del formando y creatividad por parte del formador para que se origine la química que permite la distribución del conocimiento.
Sin embargo, lograr esa química casi siempre es un reto y no todos los profesores logran conquistar el difícil arte de obtener la atención de sus estudiantes.
Eso queda en evidencia cuando se presentan situaciones como una que recientemente se presentó en Cali, donde un profesor regañó con fuerza a un estudiante luego de que este fuera escuchado diciendo groserías en el interior de la institución educativa.
Según lo explicado en redes sociales por los testigos de la escena, todo comenzó cuando el estudiante se dirigió con improperios a varios estudiantes. Al ser escuchado por el profesor, este procede a reprender al joven.
“Aquí no se dicen groserías, ‘brother’. ¡No se dicen… punto!”, expresó el educador con notable molestia.
Lejos de calmarse, el educador continuó diciendo: “Decílas afuera, andá, madreá todo lo que se te dé la gana, pero aquí, respetá. Una, dos, tres, cuatro, la semana pasada, la antepasada, desde el primer día que te vi dices groserías. En la cafetería, en el pasillo, acá, ¡no jodas! (sic)”.