Ocho años de cárcel a joven que maltrataba de forma sádica a bebés en Reino Unido
El Reino Unido se encuentra consternado por un caso de crueldad infantil que estremeció a todo el país. Una joven cuidadora de 22 años, identificada como Roksana Lecka, fue condenada a ocho años de prisión tras comprobarse que agredió de manera sistemática y “sádica” a 21 bebés entre 18 meses y dos años de edad.
Los abusos ocurrieron entre 2023 y 2024, en dos guarderías londinenses: Montessori Riverside en Twickenham y Little Munchkins en Hounslow. Allí, Lecka fue captada por cámaras de seguridad mientras pateaba, golpeaba, pellizcaba y empujaba a los niños, llegando incluso a lanzar a algunos de cabeza contra las cunas.
Las imágenes revelaron cómo la joven llegó a patear en la cara a un bebé y pisar el hombro de otro, dejando a varios de los menores con hematomas y marcas rojas persistentes. Las investigaciones confirmaron que Lecka actuaba con plena conciencia de que los pequeños no podían defenderse ni alertar a los adultos.
Durante el juicio, la jueza Sarah Plaschkes describió la conducta de la acusada como “sádica” y señaló que “pellizcó, abofeteó, dio puñetazos, tiró del pelo y de las orejas, e infligió un trato atroz a bebés indefensos”.
Pese a que Lecka negó en principio los hechos, terminó aceptándolos al quedar al descubierto en las grabaciones. Como justificación alegó que su mal humor se debía a no poder consumir cannabis en el lugar de trabajo, argumento que fue rechazado por el tribunal, pues incluso fue vista fumando vaper frente a los niños.
El fallo judicial determinó su culpabilidad en 21 cargos por crueldad hacia menores, y la fiscal principal, Gemma Burns, aseguró que “ningún padre debería temer dejar a su hijo al cuidado de profesionales, pero la magnitud de su abuso es alarmante”.
La inspectora Sian Hutchings también resaltó la valentía de las familias, que debieron presenciar los videos de los abusos. Uno de los padres advirtió: “Si no la hubieran detenido, probablemente habría matado a uno de los bebés. Solo la peor clase de persona se aprovecha de niños tan vulnerables”.
Con la sentencia, se espera que el caso sirva de precedente para reforzar los controles en las guarderías del Reino Unido y restaurar la confianza de los padres en quienes tienen bajo su responsabilidad a los más pequeños.