"Tengo 16 hijos y estoy más sola que nunca". Así inicia el relato de Isabel Méndez Jiménez, una mujer que con 97 años se acostumbró a la vida en un humilde rancho en México, donde pasa los días trabajando para poder subsistir, ya que cada integrante de su familia se independizó de ella y poco a poco la fueron dejando en el olvido.
"Tuve ocho hombres y ocho mujeres. Todos se casaron y se han olvidado de mí", dijo con pesar. "Mis hijos conocieron mujeres u hombres de otras ciudades y no volvieron más por acá. Ellos apoyan a las familias de ellos, pero yo vivo solita".
La historia fue dada a conocer por el periodista mexicano Jaime Toral, quien reveló el día a día de la mujer a través de redes sociales, esperando bajo la esperanza de las melancólicas palabras de la mujer lleguen a oídos de sus hijos.
En su relato, la mujer explicó que se quedó viuda a la edad de 33 años, pero que ni siquiera en ese momento vivió un dolor semejante al que acompaña su día a día, donde la soledad es el valor frecuente a través del cual se impulsa para sobrellevar las jornadas.
Según cuenta, el familiar que la acompaña con más frecuencia es uno de sus nietos, quien tiene 23 años, pero que no le ofrece el interés necesario: "Él vende canastas y me deja algo de dinero, pero él está mal de la cabeza, es adicto al alcohol y no pasa aquí más que algunas horas".
Para sobrevivir, la mujer se dedica a la venta de tejidos en manteles al costado de una carretera en México, pero cada día se le dificulta más el trabajo, debido a que su vista ya cae ante el inevitable estrago de una ceguera que es cada vez más profunda.
"El día que yo me muera ellos me van a enterrar, mejor aquí me muero como quiera ya estoy cerca del panteón, mi hija dice que va pedir apoyo del pueblo, así es mi vida", añadió mirando a cámara con melancolía.
La mujer pasa sus días acompañada por sus mascotas: unos gatos y una perrita, encargada de protegerla en todo momento.
Su dieta gira en torno a queso, carnita y tortillitas, "porque el pan no me gusta", contó la mujer y añadió: "Ahora hice frijolitos remolidos para comer, y hago un chile aquí tengo plantado y ya hago mi salsita. Yo hago la lumbre para cocer mis frijoles".
Su historia se hizo viral a través de TikTok, donde su video ya reúne más de 37 millones de visitas, y donde muchas personas han manifestado interés en contactarla para ofrecerle ayuda.