No se fue derrotado. Isaac Molina Torres salió con un autógrafo, una foto y un inolvidable recuerdo del encuentro con su ídolo, Juan Guillermo Cuadrado, el martes en la noche en las afueras del hotel Dann Carlton, sitio de concentración de la selección Colombia.
No fue fácil. ‘Cuadradito’, como lo apodan por el look similar al del extremo del Inter de Milán, llegó al lugar a las 2 p.m., en compañía de su madre, Karen Torres, con la consigna de conocer al futbolista antioqueño, solicitarle su firma, llevarse una imagen con él y pedirle una camiseta.
Lo de la casaca, solicitado en una cartelera que rezaba “Cuadrado, soy tu hijo del fútbol, regálame la camiseta”), quedó pendiente, pero ‘Cuadradito’, después de una larga espera de ocho horas, pudo redondear el encuentro con el admirado jugador.
Cuando Cuadrado salió hacia el bus que conduciría al combinado patrio del hotel a la sede de la FCF, sitio de entrenamiento, solo logró saludarlo de lejos y se frustró un poco, pero no se rindió y se mantuvo en pie de lucha hasta el final.
Secundado por su madre, ‘Cuadradito’ permaneció a las afueras del punto de hospedaje hasta que retornó el automotor de la Selección, a las 10 de la noche.
“¡Cuadrado! ¡Cuadrado! ¡Cuadrado!”, gritó el chiquillo desde los hombros de su madre cuando lo vio bajar del bus. Juan Guillermo se detuvo y caminó hacia donde estaban los hinchas en busca de su principal admirador en ese grupo.
Lo saludó, tomó su cartelera y se la autografió. Después pidió que pasaran al niño por encima de la valla, lo recibió, lo abrazó y permitió la anhelada imagen.