Un lector me escribe con frustración, contándome que sus relaciones se han convertido en un trauma, luego de que su novia se le volviera una fábrica de excusas al momento de estar juntos y que cuando lo logran, siente que ella lo hiciera como si estuviese obligada o forzada.
En esos episodios cuando las mentiras llegan al encuentro, hay que analizar de fondo pues detrás de cada mentira siempre habrá inseguridad personal o conflictos personales sin resolver.
Hay varios tipos de mentiras en el sexo: encontramos la mentira piadosa que se dice con la intención de no herir a la otra persona u ocultar algún hecho que no le perjudica.
Las mentiras para beneficiar al otro también son frecuentes, así como la mala mentira, que es motivada por venganza, para hacer daño, para obtener beneficios o en situaciones para quedar por encima del otro.
Para este caso de nuestro lector y para ampliar el conocimiento de la situación, a continuación dos de las mentiras más comunes de las mujeres durante el sexo y en torno al tema: una de las clásicas es el “nunca he fingido un orgasmo”; muchas de ellas lo hacen por complacer al otro cuando sienten que no son complacidas de un todo. Y... ¿que el tamaño importa? No se escandalice, pero esto muchas veces puede pesar, pues los gustos y el placer son muy relativos en el género femenino.