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ESPECIAL | Adicción a la pornografía, también causa de agresión sexual

El recurso para salir de esto es la fuerza de voluntad.

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El uso compulsivo del internet para ver pornografía es una modalidad de adicción al sexo que se ha incrementado visiblemente con el auge de la tecnología y las redes sociales. Antes esta pornografía se veía a través de revistas, pero ahora los sofisticados adelantos tecnológicos han hecho más vívidas y reales las escenas de contenido sexual corriéndose el riesgo de caer en las redes de la ciberpornografía.

Diversos estudios demuestran que los términos relativos a los temas de sexualidad en gran medida son los más comúnmente rastreados en los motores de búsqueda de internet. Cada día, literalmente millones de personas husmean temas relacionados con la industria del porno, quedando muchas de ellas presas de este tipo de estimulación visual.

En este escabroso mundo los porno-actores son personajes especialmente seleccionados físicas, mental y eróticamente para largas jornadas de sexo explícito. El aberrante comercio de la pornografía incluye relaciones con niños, animales, gentes de todas las razas y edades.

EFECTOS EN EL ADICTO AL PORNO

La adicción a la pornografía es igual al de cualquier otro tipo de dependencias (drogas, cigarrillos, bebidas, comida, juegos de azar, etc). Todo se inicia con una curiosidad y de allí se pasa al consumo ocasional cada mes, y después a la frecuente consulta semanal de videos y material obsceno.

Sin querer esto se convierte en una actividad diaria en la cual se intercambia con otros este tipo de información. Esta conducta obsesivo-compulsiva es muchísimo más frecuente en hombres. Lo que más preocupa es que la pornografía es considerada por expertos como una de las principales causas de la masturbación, la agresión sexual y diversas desviaciones sexuales.

La pornografía es un problema cuando empieza a invadir otros aspectos de la vida, apareciendo preocupantes síntomas. Las cosas parecieran salirse de su control: la persona se le dificulta concentrarse en las actividades diarias más sencillas. Es visible el cansancio físico y mental.

Cambios de humor, temblores, palidez del rostro, sudor frio, insomnio, producto de las frecuentes masturbaciones que acompañan la impactante percepción visual de las maratónicas maniobras sexuales de las modelos desnudas y de los actores porno. Fuera de eso se presenta una notable perturbación, desconcentración, mutismo, aislamiento social, en el que la persona parece ida y ausente en su contacto con la realidad.

En consumidores ocasionales es frecuente la culpa y el remordimiento posterior al hecho prohibido que a escondidas acaba de hacer. La persona empieza a asumir una conducta defensiva cancelando eventos familiares o encuentros con amigos por irse a casa a ver porno.

Con esto prefiere aislarse de la realidad para vivir una fantástica aventura virtual. Algunos adictos fabrican en sus sueños historias de fantasía erótica con seres de su cotidiana convivencia (vecinas, compañeras de trabajo, etc.), que en algunas ocasiones llevan a la práctica teniendo serios problemas con las personas escogidas y sus parejas.

La investigadora Ana Bridges, de la Universidad de Arkansas, en Estados Unidos, reconoce que “en algunos casos la pornografía visual ocasional puede ser beneficiosa para algunas parejas. Sin embargo, en estos casos la pareja es la que más sufre pues lo que suele ocurrir es que el ciberadicto sexual se torna frío, distante y se desconecta emocionalmente de la persona que tienen a su lado. Tiene más secretos, menos intimidad y más depresión”.

CÓMO SUPERAR LA ADICCION A LA PORNOGRAFÍA

En algunos casos es recomendable que la persona busque ayuda profesional para vencer esta obsesión por ver este tipo de material. Esto es especialmente importante si el adicto mantiene una relación estable de noviazgo o matrimonial. Entre los consejos principales para quitarse de encima este comportamiento autodestructivo podemos mencionar:

1. Realice una rutina de ejercicios que le ayude a desfogar todas esas energías instintivas que en su interior buen, y se están canalizando mediante este vicio.

2. Elabore una lista de cosas que puede realizar cuando llegue la tentación de ver pornografía. La lista debe de tener al menos diez cosas que le ayudan y le hacen sentir bien. Si una no funciona, sigua a la otra. Lo que importa es hacer que la ansiedad disminuya.

3. Disminuya cualquier método de acceso. Instale en su PC o celular programas y nuevas contraseñas que solamente alguien más tenga. Elimine cualquier situación o “amistad” que le pueda llevar a verla ya sea en tu trabajo o en casa. Existen varios programas de internet de filtración de gran calidad que bloquean completamente el computadora de tener acceso a la pornografía.

4. Haga una pausa cuando se sienta ansioso. Cuando sienta tristeza, enojo, ansiedad o cualquier emoción que le provoque querer “huir” y ver pornografía, primero haga una pausa para respirar de manera profunda varias veces. Con el tiempo se dará cuenta de que estas emociones pasan sin necesidad de que se acuda a la pornografía.

5. Recurra a apoyo emocional y/o espiritual. La persona ciberadicta al sexo encuentra tranquilidad recibiendo ayuda de alguien que le apoya en este camino de la recuperación de su autonomía, abandonando la búsqueda del placer a través de las imágenes sexuales.

Con todo, el recurso más importante con la que cuenta una persona aquejada de esta adicción es su fuerza de voluntad y la perseverancia, pues esto tomará tiempo, caídas y mucho aprendizaje, pero al final todo esto vale la pena cuando ella restablece su capacidad de controlar sus impulsos, sus emociones y retoma las riendas de su propia vida.

Con información de: Roque Herrera M.