De un momento a otro, el sonido de una bala generó temor y asombro entre los habitantes del sector. Más de uno salió a la puerta, otros más confiados, motivados por la creciente curiosidad, llegaron hasta la calle y unos más corrieron al ver cómo un hombre se desplomaba en el suelo, como quien recibe la ineludible condena de una muerte venidera.
Así fue el caso para Sammy Alberto Rivera Hurtado, quien minutos antes de que la población corriera para socorrerlo, protagonizaba una riña con otro grupo de personas.
De un momento a otro, contra Sammy sacaron un arma de fuego que se detonó en un par de oportunidades. Uno de los disparos accionados se alojó en el abdomen del hombre, quien de inmediato cayó al suelo.
Seguía vivo cuando la comunidad, en voz unánime, decidió tomarlo malherido y transportarlo a un centro médico cercano. En esa lucha entre la vida y la muerte alcanzó a ingresar por las puertas del Camino Murillo, pero la sangre derramada en el trayecto hizo casi imposible la tarea de los médicos en su lucha por mantenerlo con vida.