Con amenazas de muerte intentan extorsionar a docente universitario
Anuar Saad aseguró que las llamadas comenzaron cinco días después de registrar el establecimiento comercial en la Cámara de Comercio de Barranquilla.
La inseguridad en Barranquilla se ha convertido en un pan de cada día que impacta con frecuencia en los habitantes de la ciudad. Recientemente, el docente universitario Anuar Saad Saad, quien llegó a ser director de programa de Comunicación Social-Periodismo en la Universidad Autónoma del Caribe, denunció ser blanco de extorsionistas en los últimos días.
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Todo comenzó cuando Saad Saad decidió registrar su emprendimiento de gastronomía en la Cámara de Comercio de Barranquilla. Todo con el fin de organizarlo y abrir una sede física en la ciudad.
"El negocio se llama 'Anuar en su punto'. Es un restaurante de comida a domicilio y pienso poner una sede, por lo que lo registré en la Cámara de Comercio. Qué casualidad que cinco días después de registrado, los bandidos tienen toda la información", relató el profesor a AL DÍA.
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Según cuenta Saad, a su teléfono ingresó la llamada de un sujeto que dialogó con él bajo un acento antioqueño y utilizando el alias de Castor a solicitarle "una donación".
"Un individuo me llamó por teléfono a pedirme dinero, ya cuando me di cuenta de que me estaban extorsionando le colgué", mencionó.
El docente universitario manifestó estar preocupado y pidió a la autoridad competente apersonarse del caso: “Esto es una epidemia, no es justo que uno realice esfuerzos y saque de donde no tiene para que le venga a pasar algo así”.
Amenazas de muerte
Todo resultó sospechoso para el periodista, quien aseguró sentir angustia tras la llamada. “Después de eso el tipo me escribió amenazas de muerte por WhatsApp, me dijo que me tenían ubicado y que no abriera el negocio”, agregó.
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En ese momento, Saad Saad decidió dirigirse a realizar la denuncia formal, pero el trámite no pudo llevarse a cabo.
“Cuando fui al Gaula a poner el denuncio, que no lo pude poner porque nada más hay una persona que atiende, me encontré con que de las ocho persona que estábamos siete contaron la misma historia que estoy contando yo, uno venía de Soledad, otro de San José, uno del Norte (…) todos hablando del mismo ‘modus operandi’”.
