Cuando parecía que la investigación por la muerte del ganadero Emiro Cerro Rodríguez estaba sepultada como su cadáver, cobró vida con un sinnúmero de pruebas que además lograron desvirtuar las primeras hipótesis.
El 11 de junio del 2016, cuando fue hallado muerto en la vía que de Buenavista, Sucre –de donde era nativo y residía la víctima– conduce a Magangué, se decía que su deceso había sido producto de un accidente por fallas mecánicas en el carro, o un posible infarto por utilizar potencializadores sexuales. Todo esto esto fue desvirtuado de inmediato por las autoridades, que, sin embargo, solo lo revelaron 14 meses y 15 días después, cuando fueron judicializados las tres personas presuntamente implicadas en este hecho.
Según las investigaciones, detrás de este escalofriante crimen estarían Yerlin del Carmen Galindo Durán, de 37 años, quien fue esposa de la víctima por 20 años y es la madre de dos de sus hijos; Mauricio Javier Sierra Payares, de 33 años, quien era el conductor del ganadero, y un menor de edad que trabajaba haciéndole mandados a Cerro.
En las audiencias preliminares realizadas ayer en Corozal, el Fiscal Noveno Seccional de Corozal, Wilson Cohen, manifestó que “según los fenómenos cadavéricos (o cambios) que encontraron en su cuerpo, el hecho ocurrió entre las 4:00 y las 6:00 p.m. del 10 de junio de 2016”, pero fue hallado un día después en la mañana.
Mauricio Sierra, conductor, y Yerlin Galindo, esposa del ganadero, ayer en la audiencia en Corozal. Laura Toscano
Así mismo dijo que, según Medicina Legal, la víctima presentaba quemaduras en todo el cuerpo y su muerte se debió a una insuficiencia de oxígeno en los pulmones. Según el ente se trató de una muerte violenta de la que no brindó mayor detalle.
“Tengo 17 testimonios, uno de ellos presencial, que se transportaba la tarde del 10 de junio por la vía y observó que venía una camioneta gris y detrás un hombre en una moto de alto cilindraje. La camioneta la estacionaron a un lado de la vía y sacan a un hombre inconsciente (Emiro Cerro). El conductor del carro, quien al parecer era un menor que trabajaba con el ganadero, cambia de puesto al hombre inconsciente mientras el motociclista, supuestamente Sierra, le riega combustible en el cuerpo y lo coloca como si estuviera manejando, con la mano derecha en la palanca de freno”, relató Cohen.
Testigo presencial
El testigo observó esta escena a 30 metros y las declaraciones fueron corroboradas con fotografías a las cuales les realizaron los respectivos análisis. También encontraron muestras de ACPM en la ropa del ganadero.
Paradójicamente, Sierra fue atendido días después en el Hospital de la Divina Misericordia de Magangué, con quemaduras en las piernas, y adujo que le había caído agua caliente mientras cocinaba el día del sepelio de Cerro Rodríguez, algo que nunca hizo.
A esto se le suma el testimonio de un ingeniero electromecánico del Sena, quien revisó el carro y dijo que este no había sufrido ningún tipo de averías en su parte eléctrica y mecánica, y prueba de ello es que luego de la inspección técnica del cadáver lo pudieron mover con facilidad.
Relación amorosa
El fiscal dijo además que tenía pruebas que daban fe que entre los implicados en el crimen hay una relación sentimental. Dijo que esto lo puede demostrar través de evidencias que no fueron mostradas a los presentes, pero que están en carpetas. En estas, presuntamente, se observa a la pareja besándose y manteniendo relaciones sexuales.
“Tengo pruebas en el celular que encontraron en el auto de Emiro Cerro el día de su muerte y el registro de 1.146 llamadas que se hicieron entre los supuestos amantes, además de que el móvil de la mujer estaba a nombre del conductor”, sustentó.
Cohen sostuvo que eran evidentes las intenciones económicas de la viuda, porque el 3 de abril de 2017 instauró una demanda civil en el Juzgado de Familia de Corozal para recuperar los bienes de su esposo.
El fiscal en varias ocasiones afirmó que tiene pruebas suficientes que demuestran que la esposa del ganadero ordenó su muerte utilizando a su amante y al menor.
Este último fue cobijado con medida de internamiento preventivo en un establecimiento especializado en Turbaco (Bolívar), por homicidio agravado. El menor no se allanó a los cargos. Fue requerido por la Policía Judicial a las 9:00 de la mañana del martes cuando se encontraba en la institución educativa en Buenavista, llegó hasta la coordinación académica y en presencia de la comisaria de Familia y Personería lo condujeron hasta los juzgados.
Ayer en la mañana, la Juez Promiscuo Municipal de Buenavista con función de control de garantías. Bertha Oviedo Coley, ordenó la libertad inmediata de Mauricio Sierra Payares, acogiendo la petición de su abogado, quien manifestó que existía un error judicial en la orden de captura 036 del 22 de septiembre de 2017, proferida por el Juzgado Promiscuo Municipal de Betulia, este consistía en que el número de cédula no coincidía con la de Sierra.
La togada decretó que la captura era ilegal por el error de transcripción de su documento de identidad y tenía que quedar en libertad. Ante este inconveniente, la Fiscalía le solicitó al defensor de Sierra que se quedara en la audiencia y escuchara la imputación de cargos acogiendo el principio de lealtad procesal, a lo que el abogado, José Pérez Pérez, respondió que él y su defendido “se salían de la sala y por eso no era desleal”.
La captura de Yerlin Galindo se hizo el martes mediante allanamiento en su residencia en el barrio Venecia de Sincelejo y esta fue decretada legal, la Fiscalía le imputó cargos por homicidio agravado como determinadora, pero ella no los aceptó. Hoy se conocerá la medida de aseguramiento.
Enviada a la cárcel
Por considerar que había pruebas y testimonios que hacían inferir que Yerlin Galindo Durán fue la determinadora del homicidio de su esposo, el ganadero Emiro Cerro, el Juzgado Promiscuo Municipal de Buenavista le dictó medida de aseguramiento en la cárcel La Vega.
Galindo, de 37 años y madre de los dos hijos menores de Cerro, no aceptó los cargos que la Fiscalía Novena Seccional de Corozal le imputó la mañana del martes, cuando iniciaron las audiencias preliminares junto con el otro implicado, Mauricio Sierra Payares, conductor del ganadero.
Este, según el ente acusador, sería el autor material, junto con un joven de 17 años, quien a raíz de los hechos fue enviado a un centro de internamiento preventivo en Turbaco (Bolívar).
Sierra fue dejado en libertad en la audiencia de legalización de captura por un error en la transcripción de la cédula.
El defensor de Galindo, Aldemar Alfaro, apeló la decisión aduciendo que la mujer es madre cabeza de hogar y uno de sus hijos tiene 12 años; además que no hay razones de peso que indiquen que fue determinadora del crimen.