“Gracias a Dios se hizo justicia, ahora esperaré que pague su condena por el error que cometió, esto ha sido muy duro, estuvimos en la lucha mucho tiempo”. Quien afirma esto es Jean Fontalvo Gálvez, hermano mayor de Ray Miguel Fontalvo Gálvez, muerto a causa de una inyección que le aplicó Yeudith Karina Martínez Mejía, 32 años, una soledeña que se hacía pasar por médica y oficiaba como tal en la clínica Porvenir de Soledad.
La mujer está condenada por este hecho a 7 años y 5 meses bajo cargos de homicidio simple y uso de documenento falso; mediante sentencia del juzgado 2o. penal del circuito de Soledad y confirmada por el Tribunal Superior de Barranquilla. La falsa médica fue capturada el pasado domingo en el barrio La Granja de Turbaco (Bolívar), en un retén rutinario de control policial.
En diálogo con AL DÍA Jean Fontalvo Gálvez declaró ayer que creyó no se iba a hacer justicia con su hermano, y que Yeudith Karina Martínez Mejía se burlaría de la justicia. “En un momento desistí y dije bueno, si la justicia terrenal no hizo nada yo voy a esperar en Dios la justicia divina”.
Sin embargo, con la captura de la impostora Fontalvo afirma que una parte de la historia está inconclusa, y que la justicia también debe llegar hasta la clínica en la que atendieron a su hermano, y a la que estaba vinculada la mujer.
Agregó que la Clínica Porvenir no se ha pronunciado ante ellos, los familiares. “Es como si nada hubiese pasado, no nos han dicho nada, cumplieron con pre sentarse a dos conciliaciones que tuvimos y ya, por eso les pusimos la demanda”.
Para Jean los argumentos de la Clínica Porvenir de Soledad no son justificables, manifiestan que “actuaron de buena fe”, pero esto no es suficiene para contratar el personal médico de una entidad de salud. “Ellos dicen que fueron asaltados en su buena fe, pero esa palabra no les queda bien”, subrayó.
LA HISTORIA DEL 4 DE ENERO DE 2015
Ray Miguel Fontalvo Gálvez, de 25 años, fue víctima de Yeudith Karina Martínez Mejía en enero del 2015. Él llegó a la clínica Porvenir para ser atendido por una fiebre y un fuerte dolor a causa de un absceso en la pierna derecha, y encontró en turno a Martínez Mejía.
Al ingresar su esposa, María Cogoyo Romo, que lo acompañaba, alertó al personal de la clínica de que Ray era alérgico a los antibióticos. Yeudith Karina Marínez Mejía respondió: “Los médicos somos nosotros, para eso estudiamos”, y no tuvo en cuenta la advertencia aseguró la cónyuge del hombre.
Enseguida le aplicó una ampolla de oxacilina por vía intravenosa (antibiótico, y otra de clindamicina de 600 miligramos (también antibiótico), que seis horas después le desencadenaría la muerte.
La investigación judicial determinó que Yeudith Karina Martínez Mejíno era médica, que había falsificado un diploma de la profesión y se hacía como tal, hasta conseguir vincularse a la clínica Porvenir de Soledad en la planta de médico general.