A Jorge Luis Hoyos Romero lo fueron a buscar a su casa para avisarle que iba a comenzar a trabajar en el edificio que se derrumbó el pasado 27 de abril en Blas de Lezo, en Cartagena. Hoyos no le contó a su esposa de su nuevo empleo porque quería sorprenderla cuando recibiera el pago de 210 mil pesos por las dos primeras semanas de trabajo.
Emperatriz Viloria, compañera sentimental de la víctima, indicó que el día de la tragedia sintió un hormigueo en el cuerpo y no entendía qué pasaba. Varios amigos de su esposo llegaron a su casa para informarle que Jorge Luis estaba trabajando como obrero en el edificio que se desplomó en la mañana. Luego de la noticia, Viloria relacionó su presentimiento con lo que le estaba pasando a su pareja.
La compañera sentimental de Hoyos llegó a la construcción a averiguar sobre el estado de su esposo, pero nadie tenía información de él.
Viloria tuvo respuesta solo hasta la media noche, cuando encontraron a su esposo y lo trasladaron a la clínica Madre Bernarda. Allí fue intervenido el viernes quirúrgicamente y el sábado lo remitieron a la clínica San José de Torices donde permaneció entubado. Sin embargo, Hoyos falleció el lunes a las dos de la tarde por un paro Cardiaco.
Emperatriz fue a visitar a su esposo, pero cuando llegó ya él había fallecido. “Me duele todo. Masajéame las piernas que no las siento”, recordó Emperatriz que esas fueron las palabras que repetía su compañero cuando estaba hospitalizado.
Viloria indicó que la gran ilusión para Jorge Luis Hoyos era arreglar la casa de tabla que tenían en la invasión 3 de Junio y poderla construir en material .