Vergonzoso. Así se podría calificar el trato que recibió la comunicadora social y periodista cartagenera Kendry Serrano, durante una conferencia el pasado 13 de febrero, en la Universidad del Rosario, en la ciudad de Bogotá, bajo el título ‘Ética pública: responsabilidad de todos’.
De acuerdo con Serrano, en dicho evento “fui acusada, sin ninguna prueba, de ser la única sospechosa de haber robado la maleta de uno de los conferencistas invitados, al que asistieron cientos de personas”.
“En un primer momento, una funcionaria de la universidad, acompañada de un hombre de seguridad, se acercaron y me preguntaron si los dos bolsos que tenía eran míos, luego, con el pasar de los minutos, fui abordada por seis personas más, entre los que se encontraban el conferencista, varios funcionarios de la universidad y personal de seguridad, quienes me exigían que mostrara mis pertenencias”, agrega.
Aunque lleva más de dos años viviendo en la ciudad de Bogotá, es egresada de esta universidad y actualmente trabaja para la agencia de noticias Colprensa, Kendry Serrano asegura que nunca había recibido un trato así en su vida durante un evento.
“Me rodearon como una delincuente y me volvieron a exigir que les mostrara el bolso de la fotógrafa que estaba mi lado. Lógicamente que me negué por las siguientes razones: primero no entendía por qué solo a mí me hacían tal petición, y segundo, porque los únicos autorizados para hacer requisas son los agentes de la Policía. No obstante, el personal me reiteró que era la sospechosa”, sostuvo.
Minutos después de la fuerte discusión, al lugar de los hecho hizo su arribo su compañera de trabajo y se logró evidenciar que la versión de la comunicadora social y periodista era la correcta.
“Todo llegó a su fin cuando la fotógrafa salió para subir las imágenes del evento al sistema y tuvo que tomar su bolso. En ese instante los funcionarios se dieron cuenta que evidentemente la maleta que buscaban no la tenía en mi poder. Uno de ellos, me dijo “era tan fácil dejarte requisar”. Todos se fueron y no obtuve ni siquiera una disculpa”, concluyó.