Impulsado por el deseo de buscar nuevos horizontes que le permitieran ayudar a sus padres y hermanos, Eduard Manuel Moreno Márquez, barranquillero, de 50 años, tomó la decisión de viajar a Haití.
Muchos de sus allegados no entendieron por qué decidió marcharse a un país azotado por la pobreza y el desempleo. Sin embargo, eso no fue obstáculo para que el 7 de enero de 2006 hiciera sus maletas y emprendiera viaje hacia ese país a probar suerte, según dijo Julio Moreno Márquez, uno de sus 5 hermanos, con quienes residía junto a sus padres en el barrio Soledad 2000.
Sus sueños fueron truncados el pasado 29 de diciembre por las manos asesinas de dos hombres que le quitaron la vida a puñaladas con la finalidad de robarle su camioneta Mercedes Benz, modelo 2011, avaluada en 20.000 dólares.
Sus inicios en Haití
A su llegada a ese país caribeño, Eduard se dedicó a aprender el idioma francés y el creole (lengua nativa de los raizales del Caribe). También perfeccionó el inglés y por ello fue llamado a prestar servicios de traducción a los galenos de una misión médica cubana que labora para la Universidad de la Fundación Arístide, en Puerto Príncipe.
De acuerdo con su hermano Julio Moreno, Eduard sobrevivió al terremoto que el 12 de enero de 2010 devastó Haití. “Tras seis angustiosos días, se pudo comunicar con nosotros y nos dijo la terrible experiencia que vivió. Su casa fue destruida por el sismo, prácticamente quedó en la calle, pero se recuperó y siguió adelante”, explicó a este medio Julio Moreno. En esa empobrecida isla caribeña, Eduard tuvo seis hijos con diferentes mujeres. “En Barranquilla procreó tres”, precisó su hermano.
Su vida sentimental se estabilizó cuando en septiembre de 2016 conoció a la médico cubana Thaís Amelia Domínguez Iznaga, de 35 años, con quien se casó. De esa unión queda una bebé de cuatro meses de nacida.
Esta casa editorial contactó vía celular en Haití a la esposa del barranquillero asesinado, quien en medio del dolor que la aflige señaló a dos hombres allegados a su esposo de ser los autores del homicidio.
El asesinato
Según Thaís Domínguez, su esposo Eduard salió a las 3:00 de la tarde de su casa, situada en Carradeux 48, Village de la Universite Dr. Aristide, en Puerto Príncipe, a bordo de su camioneta, con la finalidad de comprarles regalos de fin de año a sus hijos. “Esa fue la última vez que lo vi con vida. A las 11:00 de la noche me llamó y me dijo que estaba bien y que iba a llevar al mecánico de su carro a su casa y después vendría a la nuestra. Las horas pasaron, y no llegó. Su celular estaba apagado. La angustia se apoderó de mí porque Haití es un país muy inseguro. A las 5:00 de la tarde del lunes 30 de diciembre me llamó uno de sus compadres y me dijo que lo habían asesinado”, explicó Thaís. La mujer contactó a la Policía haitiana y la llevaron a un lugar en las afueras de Puerto Príncipe, en donde yacía el cadáver de su esposo, bocabajo y con numerosas heridas causadas con arma blanca.
Las primeras investigaciones de la Policía Judicial de Haití condujeron a la captura del mecánico y amigo de la víctima, un hombre dominicano identificado como José Miguel Álvaro Campo, de 28 años; y del haitiano Hippolyte Challum, de 24, quienes se habrían confabulado para robarle el carro al barranquillero.
El dominicano fue capturado cuando intentaba pasar la frontera rumbo a su país, mientras que el otro sujeto cayó en poder de la Policía en Puerto Príncipe. Ambos están detenidos como sospechosos del homicidio. “Han transcurrido 12 días y aún no me han entregado el cadáver de mi esposo porque en Haití solo hay dos médicos legistas que no han podido hacerle la necropsia, tampoco me han entregado el acta de defunción. Hay mucha negligencia de las autoridades”, precisó Thaís.
Piden ayuda a la Cancillería. En Barranquilla su familia está angustiada porque no han logrado repatriar el cuerpo de Eduard Moreno.
“Esperamos que la Cancillería nos ayude en eso porque en Haití nos han puesto miles de trabas”, subrayó Julio Moreno, quien también expresó su deseo de que el cadáver sea llevado a Barranquilla para que le den cristiana sepultura.