En primera fila e inmutable permaneció en la sala 11 del Centro de Servicios Judiciales de Barranquilla, una joven que denunció a Pedro Julio Echeverría Herrera por acto sexual agravado en 2015.
La mujer, actualmente de 18 años, escuchó atentamente las intervenciones de los presentes en la diligencia judicial, sin girar su cabeza al lado derecho de sala, pues ahí yacía sentado a quien señala como su abusador.
Las únicas veces que interactuó lo hizo con su abogado, quien la representaba en la audiencia, el abogado Diógenes Arrieta Zabala.
El encuentro judicial de ayer tenía como objetivo legalizar la captura contra el entrenador de halterofilia Pedro Julio Echeverría Herrera contra quien pesan ocho denuncias interpuestas por jovencitas entre los 14 y 16 años, desde cuando era profesor de educación física en un colegio distrital al sur de Barranquilla hasta su paso por la Liga de Pesas del Atlántico.
El juez séptimo penal municipal con funciones de control de garantías, Camilo Pardo, fue el encargado de presidir la audiencia que inició ayer a las 3:25 de la tarde.
La delegada de la Fiscalía 27, unidad Caivas, Gueryn Hernández Espitia expuso las razones por las cuales el procedimiento realizado por agentes de la Policía Judicial y la seccional de Infancia y Adolescencia fue realizado dentro de los parámetros del buen trato y la línea de tiempo correspondiente. Anexó, además, las actas adelantadas por los uniformados así como el consentimiento de buen trato firmado por indiciado.
A su turno, la defensa de Echeverría Herrera, representada por el abogado Manuel Barandica Mulett, señaló que en la captura, el entrenador fue “sometido al escarnio público por parte de las autoridades” y esto concluye una “tortura” para el procesado, por lo tanto el procedimiento debería ser decretado ilegal.
“Mi defendido fue expuesto para que le tomaran fotografías, incluso las autoridades lo presentaron como si se tratara de un trofeo ante los medios de comunicación”, dijo el jurista.
Luego de tomarse cerca de 15 minutos para estudiar las solicitudes de Fiscalía y defensa, el juez Pardo determinó que la captura de Echeverría Herrera fue legal.
“No encuentro sustento en la ‘tortura’ que expone la defensa. Los medios de comunicación tiene el derecho a informar y máxime cuando estos eventos ocurrieron en vía pública”, sostuvo el juez.
Las próximas audiencias quedaron programadas para el viernes 15 de marzo a partir de las 8:30 a.m.
Vitaminas para ser “más fuerte”
La joven de 18 años que hizo presencia ayer en la sala durante la legalización de captura de Pedro Echeverría, es la misma que entregó a EL HERALDO, en noviembre del año anterior, un relato de su puño y letra sobre lo que ocurrió cuando tenía apenas 14 años y Pedro Julio Echeverría era su profesor de educación física en un colegio oficial al sur de la ciudad, para una investigación periodística denominada ‘Abuso sexual en el deporte: cuando el depredador es el que te enseña’.
“Él me dijo que tenía que hacerme más fuerte en el levantamiento de pesas y para eso él se inyectaría con unas vitaminas y yo al día siguiente debía hacerle sexo oral y para eso debía ir a su apartamento”.
El relato también evidencia lo que fue una conducta repetitiva del cuestionado profesor, que según la joven, habría abusado de cinco niñas más en la institución.
“Muchas de mis compañeras hacían lo mismo. Así mismo me decía que me tenía que quedar callada y no decirle nada a nadie ya que él había sido policía y que todos los policías lo conocían porque había matado muchas personas”, decía el manuscrito.
Al escuchar que el juez avaló la captura del que sería su abusador, la joven esbozó una amplia sonrisa, miró al techo como agradeciendo que este primer paso haya resultado positivo.
“Ella es una joven doblemente víctima. No solo lo que vivió con el señor Echeverría, sino también porque ella y su familia fueron víctimas de desplazamiento forzado del corregimiento de Pita en Repelón (Atlántico) de donde tuvo que salir por coacción del frente José Pablo Díaz de las desmovilizadas Autodefensas, al mando de Édgar Ignacio Fierro, alias Don Antonio”, indicó Diógenes Zabala, abogado de la víctima.