Carlos Andrés Alcázar Martínez no cumplía las primeras 24 horas en su nueva vivienda del barrio El Romance, cuando desconocidos lo mataron después de haberlo despojado de un celular en la terraza del inmueble. Alcázar residía en Villa San Pedro III, y desde el mediodía hasta la tarde-noche del pasado domingo estuvo trasteándose a un apartamento, del referido sector El Romance, en el suroccidente de la ciudad.
A las 10:40 de la noche, cuando había terminado la extenuante jornada de la mudanza,se sentó con su pequeño hijo de un año tres meses, en las afueras de la vivienda. Adentro su cónyuge, una hermana y su mamá, seguían ordenando los muebles y enseres. En la terraza Carlos Andrés Alcázar, de 22 años, se puso a manipular su teléfono celular, un Huawei G510.
“Carlos estaba chateando. De repente llegaron unos tipos en moto y lo encañonaron, pidiéndole el teléfono. Él no puso resistencia y lo entregó”, contó un familiar.
Sin embargo, parece ser que el joven recordó que tenía información valiosa en el celular que no podía perder, y corrió tras los sujetos, pidiéndoles que por lo menos le dieran el chip del aparato. Pero el parrillero hizo caso omiso de la petición, se volteó y sin pensarlo dos veces le disparó en el pecho, y siguió raudo en la huida con su cómplice. Familiares de la víctima lo auxiliaron y trasladaron a la Clínica San Ignacio, pero falleció a los pocos minutos de haber ingresado. Carlos Andrés Alcázar laboraba en una empresa de derivados cárnicos.El niño resultó ileso de las balas asesinas.