La Defensoría del Pueblo emitió una alerta temprana que en pocas palabras no fue acatada por las autoridades y por ello no se adoptaron las medidas de protección para mitigar los riesgos.
“No queremos regresar a lo mismo del pasado”, “Tenemos miedo porque esa gente ya se nos metió”, “No sabemos si estos serán más malos que los ‘paracos’ de Cadena”, “Las autoridades no los enfrentaron desde un principio, les dejaron el pueblo abierto para que ellos entraran y ahora los que tendremos que salir seremos nosotros porque tenemos miedo”.
Estas expresiones cargadas de miedo y por qué no decir de desesperanzas, son lanzadas por habitantes del municipio de San Onofre que aseguran estar más atemorizados que antes con los tres crímenes ocurridos entre la noche del domingo y la del lunes, y que dejaron además a una mujer, la compañera de una de las víctimas mortales, herida en uno de los glúteos.
La arremetida de los violentos que acabó inicialmente con la vida de Edwin Campo la noche del domingo, es según, algunos habitantes de Palito, el sector donde ocurrió el crimen, una guerra desatada que no va a acabar.
“Ese señor tenía problemas de drogas y la gente del ‘Clan del Golfo’ como que lo quería tener de su lado y como él no estaba con ellos creemos que lo mataron. Esto se va a poner peor.
Aquí en el pueblo hay mucha gente joven que está metida en eso de las drogas y que sus familias por temor a lo que pueda ocurrir mejor se han ido”, narró un testigo que pide no ser identificado para no poner en riesgo su vida y la de su familia.
No llegó la inversión social
Otro nativo de San Onofre que por asuntos laborales reside en Sincelejo y regresa desde los viernes a su pueblo advierte que tanto él como su familia tienen miedo y temen que la situación se pueda empeorar, se torne incontrolable y terminen una vez más sometidos por los alzados en armas al margen de la ley.
“San Onofre quedó tranquilo con la desmovilización de los ‘paracos’ de “Cadena”, pero ese tiempo de quietud no fue aprovechado por el Estado para la inversión social, estábamos tranquilos, pero en el caso de los adolescentes y jóvenes no había nada que hacer y entonces llegaron otros grupos armados que se apoderaron del territorio y que ahora tienen a todo el mundo involucrado en el negocio del microtráfico y el que no está con ellos es su enemigo y deciden eliminarlo, como ha ocurrido con muchos”, anota el sanonofrino.
Los homicidios de Edwin Campo Rivera, Juan Sotomayor y Staly García Díaz, que elevaron a 20 los crímenes en el municipio de San Onofre en lo que va corrido de este año –4 casos más que todos los que hubo en el 2018– dieron pie, según lo relata un hijo de este pueblo que frecuenta el parque central, para que el miedo se apoderada aún más de ellos y para que la Policía y la Infantería de Marina llegaran masivamente a realizar operativos, pero eso a su juicio no les garantiza total tranquilidad.
“La noche que mataron a Edwin Campo bajaron al pueblo muchos de esos ‘paracos’ y desde entonces han estado rondando por todas partes y aunque hay mucha ley ellos pasan desapercibidos porque no los conocen y nosotros no los podemos señalar porque nos matan, así que cuando la ley se vaya no sabemos qué pueda pasar, pero miedo sí tenemos”, dice el ciudadano de 62 años.
Una violencia advertida
El pueblo que se atreve a hablar con la prensa, pero desde la clandestinidad, se refiere a los violentos con el nombre de ‘paracos’, pero en realidad es la estructura del ‘Clan del Golfo’, antes Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC), que aparecen reseñadas por la Defensoría del Pueblo y el Ministerio del Interior en la Alerta Temprana No. 061-18 del 24 de julio de 2018 y de la que hace 23 días las autoridades evaluaron el cumplimiento de las 44 recomendaciones que contiene el documento y que tienen como único fin contrarrestar, pero no solo desde las armas, el accionar de los violentos en este pueblo.
La defensora en Sucre, Rosa María Hernández, hace cerca de dos meses le había dicho a este medio que el cumplimiento de esos compromisos no había sido total, pero después de la revisión con las demás autoridades indicó que se había avanzado mucho, pero faltaba más coordinación entre la Gobernación de Sucre y la Alcaldía de San Onofre, y no entregó mayores detalles p0orque no estaba autorizada por el nivel central para referirse a la situación de San Onofre a pesar de que es un ente encargado de velar por los Derechos Humanos.
Rodrigo Ramírez Salazar, defensor de DDHH en Sucre es uno de los que más ha denunciado el temor y sometimiento al que están sometidos los habitantes de esta población del Golfo de Morrosquillo.
Reparamilitarización
Sus denuncias, por escrito, son de conocimiento público de las autoridades a las que con vehemencia les solicita que actúen antes de que sea demasiado tarde, incluso se atreve a hablar de una “reparamilitarización” con la anuencia de la administración local.
“En San Onofre se vive desde el año pasado una situación preocupante que los defensores de Derechos Humanos y el Movice hemos denunciado como la reparamilitarización del territorio. La Defensoría del Pueblo emitió una alerta temprana que en pocas palabras no fue acatada por las autoridades y por ello no se adoptaron las medidas de protección para mitigar los riesgos y hoy vemos que esos riesgos previstos se han materializado y lamentablemente vivimos en una situación complicada, con una crisis humanitaria y social. Las AGC o Clan del Golfo tienen el control territorial de San Onofre y con preocupación denunciamos también los presuntos vínculos entre la alcaldía local de San Onofre con estas estructuras locales”, anota Ramírez, al tiempo que advierte que para este proceso electoral los agentes de esos grupos armados ya están dirigiendo la participación en política.
A la par con la intervención policial y de Infantería de Marina a través de un Comando Situacional instalado en San Onofre desde el lunes anterior, ya el gobernador Edgar Martínez Romero reconoció que el Clan del Golfo y el narcotráfico tienen agobiados a San Onofre.
“Nos duele como compatriotas, que personas estén siendo asesinadas sea por los argumentos que se quieran esgrimir, pasionales o de narcotráfico. Pero lo cierto que tenemos es la fuerte presencia del Clan del Golfo en el Golfo de Morrosquillo”.
El coronel Fernando Álvarez, comandante de la I Brigada de Infantería de Marina, admitió que San Onofre ha sido priorizado por la Armada porque es un corredor del narcotráfico.
“En coordinación con la Fiscalía, la Policía, el Gaula de la Policía, el Gaula militar de la Armada y toda nuestra capacidad la vamos a volcar a ese municipio con el fin de contrarrestar la amenaza y afectar de manera significativa los agentes generadores de violencia”,