Si la construcción de la sede de la Gobernación de Sucre fuera en un material distinto al ladrillo, su abandono fuera más notorio. En eso coinciden empleados y asiduos visitantes de la Gobernación de Sucre. A los primeros les toca laborar en sillas plásticas, algunas ergonómicas sin brazos y otras más con la cojinería en avanzado deterioro.
El reto del electo gobernador Héctor Olimpo Espinosa Oliver es poner en marcha el Sucre diferente que prometió en campaña y convertir la sede administrativa en un sitio agradable tanto para el que trabaja como para quien la visita.
A propósito de las visitas, los muebles que estaban afuera del despacho del gobernador, donde está la galería de mandatarios, desapareció en el gobierno de Édgar Martínez Romero y, para mayor privacidad de él, ubicaron un guarda de seguridad en la puerta de acceso a esa zona donde funcionan las áreas de contratación, jurídica y Secretaría Privada.
Sobre este asunto, Espinosa Oliver ha prometido tener una administración de puertas abiertas y de diálogo con la comunidad, lo que hace pensar que las sillas, que deben ser nuevas porque las que hay no sirven, volverán a ese espacio.
En estos cuatro años, aseguran empleados de la Secretaría de Educación consultados por AL DÍA, no hubo inversión en las locaciones ni en el mobiliario y “solo hasta ahora están limpiando los vidrios”. “Un día limpiaron a chorro las escaleras de la parte externa que estaban llenas de verdín y en algunas dependencias arreglaron el cielo raso con unas láminas que ya están amarillas y abultadas por la humedad y con esas taparon las heces de los murciélagos que emanan malos olores constantemente. La Secretaría Administrativa no ha funcionado bien”, señala un empleado que tiene 26 años de trabajar en la Gobernación y en espera de pensionarse.
Este recuerda que “es tan malo el trabajo de la Secretaría Administrativa que no contrata a tiempo a los vigilantes y aseadores y por eso a empleados y a la Policía nos toca hacer ese trabajo como por tres o cuatro meses de forma esporádica”.