La mujer que mató a su hijo de siete puñaladas no fue por ataque de epilepsia sino de ira

Liliana Díaz Pacheco, el ama de casa que con un cuchillo dio muerte a su hijo de 11 meses de nacido, en la Zona Bananera del Magdalena, habría cometido el atroz crimen, al parecer, en un momento de ira y no accidentalmente, a raíz de un ataque de epilepsia, como se dijo inicialmente.

La mujer, de 37 años, iba a ser linchada por la comunidad, pero agentes de la Policía del corregimiento de Orihueca, donde sucedió el hecho, lo evitaron. Se supo además, que la mujer intentó quitarse la vida.

El comandante de la Policía en el Magdalena, coronel John Rodríguez, manifestó que la filicida (madre que atenta contra su hijo) fue capturada por los agentes con el cuchillo aún en su mano y puesta a disposición de la autoridad competente.

“Ella tiene antecedentes de epilepsia, aunque se habla de un ataque de celos que tuvo con su compañero permanente”, dijo el oficial.

Se indicó que por medio del Instituto de Medicina Legal se están practicando los exámenes para establecer si la mujer, en el momento del suceso, presentó un cuadro epiléptico.

Por el momento ha sido descartado por parte de las autoridades que hubiese actuado de esa manera irracional llevada por un cuadro de esquizofrenia.

“Está a órdenes de la Fiscalía General de la Nación”, señaló el coronel Rodríguez.

Liliana Díaz Pacheco es pareja de César Carranza, con quien tiene otro hijo de 6 años. El hombre dijo a personas allegadas a la pareja que no se explica el porqué su compañera reaccionó de esa manera y acabó con la vida del niño de 11 meses de nacido. Señaló que la conoce como una madre protectora con sus hijos.

Liliana Ester Díaz Pacheco le asestó siete puñaladas a su hijo de once meses de nacido. El trágico hecho ocurrió a las 4 de la tarde del domingo en el barrio 20 de Julio del corregimiento de Orihueca, Zona Bananera del Magdalena.

Familiares de la presunta homicida sostienen que dio muerte a su bebé porque le sobrevino una fuerte convulsión en el instante en que en una mano tenía un cuchillo y en el brazo opuesto cargaba al menor.

Mientras la familia de Díaz Pacheco trataba de controlar sus convulsiones, el bebé fue llevado al puesto de Salud de Orihueca, de donde fue remitido hasta la Fundación Policlínica de Ciénaga, donde murió a causa de las siete heridas que sufrió.

Hasta este lunes la mujer permanecía recluida en un centro asistencial.