El día de su debut en el 2006, por lo menos un centenar de personas del barrio Primero de Mayo de Soledad llegaron en cinco buses al estadio Roberto Meléndez con pancartas, camisetas y tremenda algarabía, para acompañar a Darwin Araújo Suárez, residente en ese populoso sector.
Para entonces era una pelao de 19 años al que se le daba la oportunidad que muchos futbolistas deseaban tener: vestir la camiseta rojiblanca de Junior.
El estreno de Darwin fue apenas de 28 minutos que el grupo de vecinos, amigos y familiares celebró ruidosamente.
Estuvo al lado de las figuras de entonces, Hayder Palacios, Emerson ‘el Piojo’ Acuña, Eulalio Arriaga, entre otros.
No marcó gol, pero fue un momento que todos los que lo acompañaron se les guardó en la memoria.
“Era algo poco común que un muchacho de este barrio lograra llegar tan lejos en el fútbol, tenía un potencial bárbaro, pero era indisciplinado”, recordó Richard Horta, primo hermano del exfutblista. Darwin Araújo Suárez, de 30 años, fue una de las víctimas del doble homicidio ocurrido a las 4:30 de la tarde del martes en la calle 16A con carrera 52, en el mismo barrio Primero de mayo.
El pariente de Darwin lamentó el talento que este desperdició por las malas decisiones que lo llevaron a desviar el camino. “Comenzó ausentándose de las prácticas del equipo, se iba a discotecas a tomar licor y demás cosas, hasta que se juntó con malas compañías. Era una persona débil de carácter, que se dejaba influenciar fácilmente por lo malo”, dijo.
Darwin abandonó el balón, los guayos, los entrenamientos, para empuñar un revólver y salir a delinquir. Su muerte obedeció a la lucha territorial por microtráfico y reacomodamiento de las estructuras criminales los ‘Costeños’ y ‘Papalópez’, informó la Policía Metropolitana de Barranquilla.
“En un barrio como este solo hay dos opciones: o te vas o los enfrentas. Darwin decidió enfrentarlos y terminó muerto”, agregó su primo Richard Horta.
La familia no da explicaciones sobre a qué combo pertenecía el exjugador, pero lo que sí tienen claro es que se trató de una retaliación.
“A él lo balean y los vecinos lo vieron caminar herido hasta un taxi, el conductor era conocido de Darwin, alguien que siempre lo había transportado en el negocio, sin embargo apareció muerto dentro del carro con un disparo en el pómulo que le salió por el cuello. Los investigadores creen que él fue rematado dentro del vehículo”, cuenta también el familiar.
En los mismos hechos resultó asesinado José Alejandro Giraldo Berrío, de 25 años, quien según los familiares de Araújo era uno de los sujetos que llegó a matarlo.
Sin embargo, no se dieron detalles si Darwin le causó la muerte al defenderse del ataque o murió baleado por otra persona. De acuerdo con investigadores judiciales, una de las hipótesis del crimen del exdeportista es que hace unos nueve días perpetró un atentado a bala contra la casa de alias Gordo 40, jefe de la banda los 40 Negritos, y que este juró vengarse.
LOS INICIOS
Darwin Araujo Suárez se apasionó por el fútbol desde su infancia, anota igualmente su pariente Richard.
Inició su carrera futbolística en el club la Academia de Rebolo. Fue goleador en varios torneos y mucha gente fijó sus ojos en su forma de practicar este deporte.
También perteneció a la Escuela Barranquillera con el profesor Carlos Bolívar; y de ahí dio el salto esperado: Junior, donde pasó las pruebas y lo confirmaron en la prejuvenil. “Por su gran talento y capacidad para jugar al fútbol fue ascendiendo poco a poco, y cuando ya estaba en las juveniles el entrenador serbio Peter Kosanovic lo llamó al club grande. Darwin tenía unos 16 años para entonces”, rememora Horta.
En el inició de su proceso profesional tuvo de compañeros a los ahora consagrados Teófilo Gutiérrez, Carlos Bacca, Leandro Vargas, entre otros. Vestía la camiseta 32 y su posición en la cancha era de delantero.
Richard Horta recuerda con mucho cariño una anécdota particular de Teófilo Gutiérrez y su primo Darwin.
“Ellos eran muy buenos amigos, de hecho él (Teo) lo llamaba compadre, aunque no lo eran. Cuando venía a la casa le tocaba la pierna y le decía: ‘Ese talento que tú tienes lo quiero yo. Ese don que tú tienes lo quiero yo. Tienes la oportunidad que yo quisiera tener’. Y mi primo solo se reía”.
Pese a que el amaba fútbol Darwin no lo vio como un medio para sacar a su familia adelante, cuenta con pesar el mismo Richard.
Según su parentela, Darwin dañó el camino por una amenaza de muerte que recibió.
“En el barrio se escuchaban varios ‘runrunes’ que venían a matar a Darwin, que lo iban a coger, uno escuchaba todo eso, y yo siempre le decía a mi prima (mamá de Darwin), que tarde o temprano esto que está pasando sucedería, tenemos que ser fuertes, aunque no queríamos que fuera tan pronto”, añade Horta.
EL PRINCIPIO DEL FIN
En junio de 2017 Darwin Araújo Suárez fue detenido por la Policía Metropolitana en medio de una requisa en la que le encontraron un arma de fuego sin que tuviera permiso para portarla.
“Eso no fue un enfrentamiento como se ha dicho en las noticias. Darwin sí estaba armado, pero cuando él vio a los policías se calmó, porque su problema no era con ellos sino con sus enemigos. Sin embargo, cuando se lo iban a llevar la comunidad trato de impedirlo, y entonces un policía le dispara y lo hiere en la pierna izquierda”, recuerda el primo Horta.
Darwin fue capturado esa vez y enviado a prisión por los delitos de porte ilegal de armas de fuego y ataque a servidor público, pero la investigación en su contra no avanzó. En 2018 recobró la libertad por vencimiento de términos.
A raíz de ese balazo que le partió el fémur, Darwin no pudo volver a correr ni patear un balón de fútbol, su movilidad quedó sujeta a un par de muletas con las que debía apoyarse para andar.
Aunque ya su oportunidad profesional había pasado, el exjugador seguía enamorado del balompié como el primer día, y según Richard Horta siempre lo buscaban para que participara en torneos de microfútbol en los barrios.
“Jugaba hasta siete partidos entre sábados y domingos, recorría todas las canchas de barrios donde había torneos y le pagaban. De hecho tres días antes de que le dispararan había jugado uno en Vista Hermosa, que fue una revolución porque hizo los goles que dieron como campeón al equipo del barrio que se llamaba ‘La Tocata”, cuenta el hombre.
El ahora occiso estaba próximo a ser sometido a una cirugía en la pierna afectada, para reconstruirle el hueso y mejorarle la movilidad.
“Después del atentado, tras quedar ‘patuleco’, se volvió más peligroso, incontrolable, quería quedarse con el territorio de los 40 Negritos”, explicó otro investigador judicial asignado al caso.
El primo de Darwin, espera que lo ocurrido con el exjugador sirva de referente para las nuevas generaciones que “ante la falta de oportunidades en el barrio” sucumben ante la tentación del delito y desvían su camino.
Darwin Araujo Suárez era padre de seis hijos, tres con su primera pareja y otros tres con diferentes mujeres. Actualmente no convivía con pareja. Tras el asesinato del exfutbolista y de José Alejandro Giraldo Berrío, la Policía capturó un adolescente de 16 años. Se busca a otro implicado, se informó.