Estos dos tipos mataron a Martín para robarle el celular
La víctima era mensajero en
Los ‘ruleteros’ siguen haciendo de las suyas en Barranquilla y su Área Metropolitana. Cualquier persona de bien en una esquina, sin importar la hora ni el lugar,está expuesta a ser despojada de sus pertenencias o, peor aún, perder la vida, como ocurrió ayer con Martín Salvador Caballero Maza.
Este joven de 25 años a las 8:40 de la mañana permanecía a las afueras de un taller de mecánica automotriz en la calle 56D con carrera 34A, barrio Las Gaviotas, de Soledad, donde laboraba desde hacía tres días como mensajero.
Allí conversaba con dos compañeros sin percatarse que sobre la carrera 34A, merodeaba de un lado a otro en una motocicleta Suzuki Viva, de color azul, un sujeto vestido de camisa manga corta, pantalón blanco y zapatos negros.
En las cámaras de seguridad del sector quedaron grabadas las imágenes del momento en que el desconocido, aparente mente hablaba por celular, pero siempre con la mirada fija en Martín. Conducía sin casco de protección.
Después de ir y venir sobre la carrera en mención y precisar su objetivo, el sujeto desapareció y cinco minutos después ingresó a la cuadra donde está situado el taller, pero por la carrera 34B.
Esta vez arribó con casco de protección y acompañado de otro hombre que no tenía casco, y vestía camisa manga corta y bermuda. El parrillero blandía en su mano derecha un arma de fuego.
Al arribar a la puerta del taller hallaron solo e indefenso a Martín, quien manipulaba su celular, un Samsung Galaxy J5.
El parrillero le apuntó con el arma en la cabeza y le dijo:“Dame el celular. No te hagas matar”. La reacción del joven mensajero fue oponerse al robo y se abalanzó contra el sujeto para quitarle el arma. Ambos cayeron al piso forcejeando y esta se accionó. El proyectil le rozó el abdomen a Martín.
Los asesinos rápidamente subieron en la moto y huyeron del lugar.
Según los testigos presenciales del lamentable suceso, la Policía llegó al lugar 20 minutos después. Martín Caballero fue trasladado herido en un taxi por sus compañeros de trabajo al Hospital Universidad del Norte. Allí falleció a las 11:00 de la mañana, mientras era intervenido quirúrgicamente por el cuerpo médico.
La víctima residía en el barrio Chiquinquirá, era casado y dejó un hijo. Era oriundo de Santa Marta.
