La indignación y la rabia recorrieron este jueves Barranquilla, una vez más, por cuenta del vil asesinato del abogado Alejandro Ruiz Noriega, de 23 años. El joven resultó baleado en el rostro a dos cuadras de su casa por oponerse a que le robaran sus pertenencias.
El atraco ocurrió a las 6:00 de la mañana de este jueves en la calle 86 con carrera 42B, barrio los Nogales. Minutos antes la víctima había salido de su casa en la calle 86 con carrera 42A-1, rumbo a la oficina donde trabajaba desde hace un mes, calle 77B con carrera 57.
De acuerdo con el comandante operativo de la Policía Metropolitana de Barranquilla, coronel Harold Barrera, los delincuentes iban en dos motocicletas para evadir la restricción del parrillero que impera en ciertos barrios del norte de la ciudad, incluyendo Los Nogales.
Con la ayuda de los testigos, las autoridades determinaron que Ruiz Noriega fue interceptado por los motorizados. Uno de los tipos se bajó y revólver en mano lo increpó para que le entregara las pertenencias.
Al parecer, el joven abogado se resistió al hurto y el bandido le disparó en el rostro. Luego le sacó del bolsillo del pantalón un celular Motorola Moto G de 5a. generación y también la cartera en la cual llevaba la plata del pasaje y $50 mil adicionales.
El celular que le robaron al abogado apenas tenía dos días de comprado. Los atracadores no se percataron de que traía otro teléfono en otro bolsillo del pantalón, pero si alcanzaron a llevarse el bolso de la víctima.
Los delincuentes escaparon impunemente mientras Ruiz Noriega se desangraba en el suelo. El abogado fue auxiliado por habitantes de la zona que lo montaron en un taxi y lo llevaron al Hospital Metropolitano donde dos horas después falleció en la sala de cirugía.
Unos metros más adelante del lugar del homicidio unos transeúntes encontraron el bolso del abogado con documentos, se supone que los bandidos lo tiraron porque no encontraron nada de valor.
$10 MILLONES DE RECOMPENSA
El coronel Harold Barrera anunció que la Policía ofrece hasta $10 millones de recompensa por información que conduzca a los asesinos de Alejandro Ruiz Noriega.
La víctima era hijo del exdirector de la cárcel La Modelo de Barranquilla Alberto Antonio Ruiz Caviedes, quien además es coronel retirado de la Policía, y fue secretario de Tránsito de la Alcaldía de Valledupar en el periodo pasado.
El coronel Harold Barrera señaló que también se van a fortalecer e intensificar los operativos de control de vehículos en Barranquilla y su Área Metropolitana, especialmente para los motociclistas, lleven o no parrillero.
“La delincuencia ha desarrollado nuevas formas para cometer homicidios en Barranquilla. Prohibimos el parrillero y ahora atracan sin parrillero y en dos motos, o asesinan en taxi, como el caso del comerciante que mataron el miércoles en Boston”, reconoció el coronel Barrera.
Puntualizó que los bandidos que asesinaron el abogado quedaron grabados en cámaras de video del sector y muy pronto serán capturados. El alcalde de Barranquilla, Alejandro Char, también se refirió al asesinato del joven abogado.
“Hoy tuve una conversación con el general Botero (Rafael Botero Coy, comandante de la Policía Metropolitana y hablamos de los móviles de este hecho. Le dije que pusiera todo lo que esté a su alcance para capturarlos. Estos bandidos no tienen derechos a andar libres por las calles de Barranquilla”, expresó Char indignado.
PLANES FRUSTRADOS
Miladis Noriega, madre de la víctima, relató que su hijo estaba recién egresado de la Universidad del Norte. Recibió grado el 26 de mayo y estaba trabajando en la firma de abogados Chapman & asociados, situada en la calle 77B No. 57-103, edificio Green Towers, piso 21.
Además, estaba a pocas semanas de recibir en nuevo título como especialista en Derecho Administrativo, y tenía planes de irse a Argentina a estudiar con su novia, Mary Álvarez (también abogada), una maestría en Derecho Administrativo.
“El lunes habíamos cumplido dos años de novios, y teníamos muchos planes juntos”, manifestó la joven, ahogada en llanto.
Los familiares agregaron que Ruiz Noriega había nacido en Bogotá, pero se crió en Valledupar, donde jugó fútbol en la posición de defensa central en las divisiones inferiores del Valledupar F.C. En 2011 se radicó en Barranquilla para estudiar derecho.
En la cuadra donde residía los vecinos lo recordaron como un joven alegre y amable, amante de los animales, con la suficiente calidad humana como para comprarles concentrado a los gatos callejeros y “echarles un puñado cada mañana, antes de irse para el trabajo”, contó uno de ellos.