Homicidios selectivos, desmembramientos, ataques con mini uzi, robos, microtráfico de estupefacientes y desplazamientos forzados, son algunos de los crímenes recurrentes de la banda delincuencial ‘los Centrales’, la cual recibió un duro golpe por parte de la Policía Metropolitana, pero aun así se mantiene en la mira de las autoridades.
El pasado 5 de septiembre personal de la Sijín capturó a 10 integrantes de ‘los Centrales’ en el barrio Las Colonias, en Soledad. A ocho de los detenidos les imputaron cargos por diferentes delitos, pero más allá de esto, las aprehensiones permitieron un mayor acercamiento hacia los líderes.
Fueron identificaron como Andrés Carval Mantilla, Yoharis Alvis Torres, Luis Hernández Peñate, Angie Hernández Peñate, Brayan Alexander González, Ricardo Manuel Collazos, Diomedes de Jesús Ortiz Santiago y Ricardo Pérez Ricardo. Aunque por reportes de la Policía en los medios de comunicación han sido referenciados como ‘los Centrales’, AL DÍA conoció que inicialmente eran conocidos como ‘la Mano Negra’. Nombre escogido por ellos mismos para identificarse en el bajo mundo.
Los radios de acción partían dependiendo la residencia de los cabecillas. Si por ejemplo uno de estos vivía en Las Colonias, ahí desplegaba su operatividad criminal. Información de inteligencia confirmó que ‘la Mano Negra’ tiene como puntos de influencia los barrios soledeños Las Colonias, La Alianza, Normandía, Villa Estéfani y Ciudad Caribe. “Sus finanzas las mueven a partir del hurto de motocicletas, atracos, venta de drogas, extorsiones, pero sobre todo homicidios. Son especialistas en matar, en el sicariato, su músculo más grande es el que les brinda su equipo de pistoleros, que matan hasta por un millón de pesos”, contó un investigador.
De igual manera se estableció que son una especie de filial de ‘los Papalópez’, por ende se entiende que son enemigos acérrimos de alias Castor y el escurridizo Digno Palomino. AL DÍA trascribe una conversación telefónica interceptada en febrero pasado por la Fiscalía, cuando un miembro de la banda, Luis Eduardo Collazo De la Cruz, alias Piercing, ‘cuadró’ un sicariato con un cómplice.
Piercing: Aló. Cómplice: Hermanito, ¡¿qué?! Estás más escaso que un billete de 50. Piercing: Estoy haciendo un mandao ahí. Cómplice: Tengo un camellito ahí, pero no es mucho, es de un viejo ahí, un vale conocido al que le jodieron (mataron) un hijo hace rato ya, ¿si me entiendes? Me estaba diciendo que conoce al man (al que le mató el hijo) y no sé, me dijo que si le colaboraba, que si se lo jodía, se lo trabajaba. Piercing: Ajá Cómplice: Lo que pasa es que no me suena es mucho, el man dice que está tirado (no tiene plata), pero igual está ofendido, tiene un peso ahí (un millón de pesos). No sé, si quieres nos ganamos esa vainita, es aquí mismito, lo tengo de local, es un paga paga, está jamón. Piercing: ¿y el pelao es? Cómplice: sabes dónde queda Nuevo Horizonte, aquí pegao al barrio mío. Él llega de 9 a 10 a cobrar en una casa. Piercing: ¿pero mañanero o de noche? Cómplice: en la mañana, de 9 a 10. Piercing: ¡jooooda está bien! Cómplice: dime si estás disponible, porque Erlin quiere (conductor de moto), pero con él nunca he trabajado esa vaina, no me gusta la gente que le vaya a temblar el pulso. Yo quería que me diera moto, pero es muy cagalera. Piercing: déjame si hablo con el loco, porque sé que está tirado, yo sé cómo camella él y sé que no me va a salir con que le tembló la mano. Cómplice: la idea es que nos bajemos los dos, quitarle lo que lleva y cuando se vaya a camellar se le da la vuelta, le decimos ‘pa ve qué tienes ahí’, y le damos enseguida bim bim, nada más y ya. Y nos ganamos lo que lleve de liga (plata). ¿Vas pa esa? Piercing: bueno mira bien la vuelta y le hacemos pasado mañana. Cómplice: tengo un chocorito acá (revólver), con un ochito camellamos bacano. Piercing: ¡aro, sisa! Cómplice: ¿entonces cuento contigo? ¿Gánese los 500 barrita? No quiero que nadie me deje tirado por ahí (que lo abandonen) El que me deje tirado lo mato. ¿Qué le pasó a tu otro número, te escribí al Wathsapp y nada? Piercing: Joa tuve una murga con mi mujé y me tocó cambiar esa #$%& (risas). Cómplice: bueno quedamos así.
ORGANIZACIÓN, LEALTAD SÍ O SÍ
Jonathan Alexander González Campo, alias Calvo, es señalado por la Policía como el cabecilla de ‘los Centrales’, sin embargo, al parecer les dio libertad a otros miembros de su banda para que actúen en otros sectores.
“El Calvo es el que manda, luego viene alias Guillo (Jaime Martínez Pérez), pero ellos les dan autonomía de operaciones a sus segundos”, comentó un investigador que habló con esta redacción.
Es así que colaboradores como Brayan Alexander González, alias Brayita, tenían ‘licencia’ para robar a cuanto indefenso se cruzara en su camino. El jueves pasado ‘Brayita’ se allanó ante un juez por el delito de hurto calificado, en dos hechos aislados.
En uno participó en el asalto a un agente de la Sijín, al que despojó de su arma de dotación y hasta de la chaqueta de servicio. También lo responsabilizaron por robarle un arma con salvoconducto a un vecino en el barrio Las Colonias, al que desarmaron porque sospechaban de que les había matado a un amigo.
“No me mataron porque uno de ellos olió el revólver y dijo: ‘Con esta arma no lo quebraron’. Después me tocó mudarme”, dijo el afectado en una denuncia ante la Fiscalía. Pero así como el ‘Calvo’ es flexible dentro de sus ‘negocios’, también es severo a la hora de castigar a los traidores, sino que lo diga alias Diomedito, quien curiosamente fue capturado junto con sus excompinches quienes hicieron lo posible por matarlo, pero no tuvieron éxito.
En otra llamada telefónica intervenida por la Fiscalía, se escucha cuando el ‘Calvo’ ordena la muerte de Diomedes de Jesús, de quien afirmó se le ‘torció’ cuando comenzó a traficar droga de una banda del suroccidente de la ciudad.
Calvo: Aló, compae Otro: Oiga, me dice la vieja que cuando llegaron al cementerio estaba el Pipe ese con el Haider y dos coles morenos, bastante pelangones, cuando el entierro entró se escondieron. Acá vino la Pola a marcarme (ubicarme), como me vio vestido como pa’ ir pal entierro, seguro avisó, iban a darme. Calvo: ¡Ay gonorrea! Otro: me estaban esperando pa’ darme, el Cúcuta sabe. Calvo: ¿dónde fue eso? ¿Por allá en Santa María? Otro: Sí, me iban a pelá allá. Calvo: Llama a Guillo, allá está el Caca, dale la herramienta esa (arma de fuego), que arme su camello (operativo) y apenas vea a Diomedito que se le tire encima, que lo joda él mismo, él lo hace. Dale eso y métele las pastillas (balas), pero las nuevas. Otro: dale, eso va.
EL DESCUARTIZADO Y MÁS…
El ‘Calvo’ tiene algo claro: la piedad no existe para él, así lo describen investigadores de la Sijín. A este sujeto le atribuyen el descuartizamiento de Jaily Herazo Vásquez, de quien encontraron sus restos repartidos en cuatro neveras de icopor el 9 de septiembre de 2016 en la vía Caracolí Malambo. En su momento los familiares de Herazo manifestaron que su homicidio obedecía a un lío de faldas, pero AL DÍA conoció de fuentes judiciales que existen dos hipótesis al respecto.
Ambas líneas de investigación terminan con el ‘Calvo’ como determinador, pero una se soporta en que Jaily, prestamista, le clonó varias tarjetas a su jefe, que ofendido por esa jugarreta lo mandó a picar. Otra corriente gira en torno a un deseo del cabecilla de ‘los Centrales’ por quedarse con las rutas de Herazo. En esta ‘vuelta’, como dicen ellos en su argot delictivo, Piercing le colaboró a un alias ‘Over’ para que este lo descuartizara, pues tenía experiencia como carnicero.
“De hecho supimos que ellos una vez estaban comiendo sancocho de pescado y al ver las espinas Piercing le dijo a Over, ‘¿a qué te recuerda?’, y el man le respondió, ‘al picao’”, confirmó un investigador. A ‘los Centrales’ le suman el doble homicidio de Hernán León Villa Calle, de 77 años; y de Geovanny Bacca, a quienes asesinaron dentro de su casa en Las Colonias el 9 de marzo de 2016. Se dice que también mataron a Juan David Sierra, de 27 años (17 de septiembre de 2016), en La Alianza.
A César Tabares Duque, de 33 años (29 de enero de 2017), en Normandía; a Ronald Villa Orjuela, de 36 años (22 de julio de 2017), en el mismo barrio. Igualmente le cargan tres muertos en Soledad, en noviembre de 2017: Gabriel Flórez Borré (33 años), Edinson Rodrí guez Uribe (32) y Francisco Sarmiento Ortiz, el penúltimo exagente de la Sijín y el último pensionado de la Policía. El 11 de febrero de este año perpetraron un atentado nocturno en el que hubo un muerto, Carlos José Colón Molinares, de 20 años; y dos heridos.
“A Diomedito se le acusa de asesinar a Colón, porque un amigo suyo, alias Mono Tiro, le pidió el favor que lo matara”, explicó un investigador. “Mono Tiro estaba ofendido porque la mamá de Colón había tenido un problema con él, entonces dijo que la haría su frir donde más le dolía, con su hijo, porque era más cruel que hacerle algo a ella”, continuó la fuente.
Diomedito aceptó hacer ‘ese favor’ porque tenía entendido de que Colón era vendedor de droga de su nuevo enemigo, el ‘Calvo’, “por lo que mataría dos pájaros de un solo tiro, literal”. A Colón lo asesinaron dentro del billar Las Brisas, en pleno Carnaval de Barranquilla.
AL DÍA conoció un audio en el que la mamá de Colón llora la muerte de su hijo con una amiga, a la que le asegura saber quiénes son los homicidas, pero que antes de tomar represalias prefería mudarse.
‘Los Centrales’ acabaron con la vida de Miguel Alfredo Sogorrada, quien se opuso a un atraco el 10 de abril. También ultimaron el 3 de mayo a las hermanas Madelein Solemne y Estefany Arteta Díaz, como hicieron con Gabriel Garizábalo Castro, el 3 de junio.
Uno de los más sonados fue el de Uberlando Oliveros Jiménez, el taxista de 60 años, acribillado el 5 de julio en la carrera 17 con calle 57, entre Villa Aragón y Villa Katanga. En su momento se creyó que el hecho de sangre correspondió a un ajuste de cuentas de algún prestamista contra este sujeto, pero luego trascendió otra hipótesis.
“Contactos nos informaron que el taxista Oliveros en algún momento se negó a transportar al hijo herido a bala de un sujeto del sector, por este motivo el tipo aprovechó el contacto con la gente del ‘Calvo’ para matarlo”, precisó un investigador.
El último hecho de sangre cargado a ‘los Centrales’, al menos con argumentos, fue el sucedido el 29 de julio cuando mataron a Angello Gómez Uribe, quien caminaba rumbo a su vivienda en el barrio Ciudadela Metropolitana.
“Estamos muy cerca de ellos. Es cuestión de tiempo para desarticular esa banda”, dijo el coronel Gelver Yecid Peña, comandante operativo de la Policía Metropolitana.