Cuando doña Cecilia Iriarte Serrano quedaba sola en el negocio, le daba miedo abrirles la puerta a desconocidos. Cuenta su hija Diana Orozco Iriarte que la excusa que se le ocurría decirles en ese momento era que no había internet. Es por ello que hoy, dos días después de que la encontraran muerta, con un cuchillo clavado en el pecho, vecinos y familiares de Cecilia se preguntan si el homicida sería una persona conocida.
Los hechos en los que terminó la vida de la señora Chechi, como le decían de cariño, ocurrieron antier en el barrio Villa Olímpica de Galapa, en el área metropolitana de Barranquilla, y, aunque aún no se tiene claridad sobre los móviles del homicidio, los allegados a la mujer ya empiezan a recopilar testimonios para intentar comprender la muerte.
“No sé qué pasó. Es algo muy extraño porque ella no dejaba entrar a nadie. Atendía a puros niños y la gente adulta que entraba era conocida”, dijo Diana Orozco Iriarte, hija de Cecilia.
Cecilia era barranquillera, tenía 66 años al momento de la muerte, desde hace cinco que atendía un café-internet en la calle 2A del mencionado barrio y era muy querida por los vecinos del sector.
El día de los hechos, la misma Policía fue la que señaló que la mujer era oriunda de Barbacoas, Nariño, pero este dato fue desmentido por Diana.
Así lo cuentan
La hija de la mujer narró que a eso de las 11:40 del lunes llamó a su mamá para saber si había comido y cómo se sentía, pues la habían operado de la vista hacía apenas un par de semanas. Ella le respondió a su hija que sí había comido, pero que ya se sentía con bríos para meterse en la cocina a preparar alimentos.
“Yo le decía ‘déjese pechichar que esto no dura para siempre’, pero ella estaba bien. Al rato despidió a mi hijo que se iba en la ruta para el colegio y quedó en el local con un niño que utilizaba los servicios de internet y dos hombres adultos”, explicó.
Según dijo el niño a los familiares de la víctima, a eso de la 1:15 de la tarde, acabada la media hora de internet que había pagado, salió del local, pero los hombres seguieron ahí. En ese momento creen que habría ocurrido el ataque.
“A mi mamá la encontraron tirada en la cocina. Ella tenía guardados dos vasos en los que le daba agua a la gente de la calle y los vasos estaban ahí afuera. Puede ser que a mi mamá le pidieron agua y fue a buscárselas… ahí la acuchillaron”, relató Diana.
Al regresar, el niño habría encontrado la puerta del local cerrada, por lo que empezó a tocarla de manera insistente. Es allí cuando llegan otros vecinos y encuentran la terrible escena del cuerpo de señora Cecilia tendido en el suelo sobre un lago de sangre.
Un vecino del sector aseguró que, aproximadamente las 2:30 de la tarde, cuando se percataron de los hechos dieron aviso a las autoridades y llamaron por teléfono a la nieta de la víctima, que en ese momento estaba en el colegio. Esta, a su vez, habría dado aviso de lo ocurrido a su mamá, Diana, y a su papá.
En investigaciones
Raúl Iriarte, hermano de la víctima, no sale del asombro, sobretodo porque asegura que los homicidas, que aparentemente habrían entrado al local para robar, solo se llevaron un celular y el producido del día que, por la hora, eran apenas 57 mil pesos.
Aunque miembros de la Policía adscritos al CAI de Villa Olímpica y funcionarios de la Sijín llegaron al lugar para investigar el caso, todavía están trabajando en la identificación de los móviles del homicidio y, por supuesto, en la identificación de los atacantes.
Por el momento, la familia de doña Chechi asegura que es imposible que el homicida sea un cobradiario, pues la señora no pedía plata prestada y, por el contrario, se mantenía con lo que producía el negocio y ayudas de su hija.