DENUNCIA | Conozcan el abecé de cómo roban un bus en Barranquilla
La prolongación de la Murillo, entre los barrios Ciudad Camelot y La Central, en Soledad, es uno de los sectores donde más se presentan atracos a los buses.
La calle 17, entre carreras 38 y 15; la calle 60, entre carreras 16 y 18; la calle 30 con carrera 1; la prolongación de la Murillo, entre ciudad Camelot y el barrio La Central, en Soledad, y el sector de La Playa, son cuatro de las zonas donde más ocurren atracos a buses en Barranquilla y su Área Metropolitana, de acuerdo con John Jairo Ospino, jefe de ruta de la empresa Sobusa.
Otros sectores de alto riesgo para conductores y pasajeros son: la zona suroccidental de Barranquilla, de manera especial el barrio El Bosque; la Avenida Circunvalar en toda su extensión, particularmente en inmediaciones de los barrios Villa San Pedro, 20 de Julio y Las Granjas; y el Corredor Universitario, sobre todo en las noches.
La modalidad que más usan los atracadores es el “raponazo simple”, como lo define Ospino, que consiste en que el bandido aprovecha un “papayazo”, se monta en el bus y usando un arma de fuego o un arma blanca (la más común) intimida al chofer para agarrar los billetes que estén a la vista y escapa rápidamente. Este tipo de robo no supera los 30 segundos y ocurre en sitios específicos.
La otra modalidad de atraco “es más elaborada: dos hombres, bien vestidos, se suben al bus y en un punto estratégico del recorrido sacan armas de fuego, uno encañona al conductor, le dice que le dé suave y le quita el producido; mientras tanto el otro asalta a los pasajeros, despojándolos de carteras, celulares, relojes y lo que lleven de valor a la vista”, informó Ospino.
De acuerdo con el Jefe de Ruta de Sobusa este tipo de atraco, que no pasa de dos minutos de duración, se está presentando actualmente en la calle 60 entre carreras 16 y 18, “donde han asaltado cinco buses de Sobusa en la última semana, usando esta modalidad”, reportó.
Mientras que el “raponazo simple” ocurre con bastante frecuencia en la calle 30 con carrera 1, donde un delincuente espera que el bus pare en el semáforo, hurta y se escapa por el sector enmontado que bordea la canalización del arroyo.
UN HURTO DIARIO
Hace dos meses el director ejecutivo de Analtra, Edgardo Altamar, denunció, durante una charla con transportadores, que mensualmente se registran entre 100 y 120 atracos en las diferentes líneas de buses agremiadas a esta organización.
John Jairo Ospino, jefe de ruta de la empresa Sobusa, confirmó esta información al asegurar que durante el mes pasado se registro casi que un hurto diario contra un bus de Sobusa. Con el agravante de que se estaban presentando “dificultades para que las autoridades recepcionarán las denuncias de conductores y ciudadanos”.
Los líos para denunciar se concentraban en los municipios de Soledad y Galapa, donde la Policía enviaba a las víctimas a Barranquilla para hacer el reporte y en Barranquilla les respondían que la denuncia debía ser radicada en el lugar donde ocurrió el robo. Al final el ciudadano se aburría del ‘baile del indio’ y desistía.
Sin embargo, Ospino afirmó que la situación ha mejorado tras una reunión que sostuvieron los representantes de las empresas transportadoras con los altos mandos de la Policía este viernes. Uno de los compromisos fue realizar mesas de trabajo periódicas y se convino que las Estaciones de Policía también empiecen a recibir denuncias.
La importancia de la denuncia radica en que pocas veces el atracador es sorprendido in fraganti dentro del bus y generalmente lo atrapan cuando ha escapado y lleva en su poder el dinero o los objetos hurtados. Por eso la clave para judicializarlo es la denuncia, ya que sin este requisito queda libre casi de inmediato.
BOTÓN DE PÁNICO Y CÁMARAS
Entre las medidas de seguridad que las empresas han desarrollado para combatir los atracos dentro de los buses está el botón de pánico, que es silencioso y está oculto en algún lugar del vehículo, al alcance del conductor, quien tiene instrucciones precisas de cómo accionarlo y cómo comportarse para evitar que el asalto termine en tragedia. La señal del botón de pánico la recibe la sala de monitoreo de Sobusa, donde se encuentra siempre un agente de la Policía, quien le reporta el hurto a la patrulla del cuadrante que esté más cerca del vehículo en problemas. “Esta estrategia nos ha dado excelentes resultados, sobre todo desde que la Policía autorizó que un agente esté siempre en la sala de monitoreo”, afirmó Ospino.
En la Sala de Monitoreo también se registra, a través de un GPS, la ubicación exacta de cada bus, su velocidad y hasta la cantidad de gases que está emitiendo.
Ospino finalizó asegurando que las empresas de transporte han realizado inversiones importantes para modernizarse y han sentido el apoyo y el acompañamiento de la Alcaldía de Barranquilla y la Policía para mejorar la seguridad. “Esperamos que con el anunció de implementar cámaras de seguridad en los buses demos otra vuelta a la tuerca de combatir de forma efectiva los hurtos en el sistema de transporte público”, manifestó.