Las puertas del mismísimo infierno parecieron abrirse ayer en el corregimiento de Santa Cruz, en Luruaco, donde en menos de 24 horas ocurrieron tres homicidios relacionados entre sí por una serie de acontecimientos funestos.
La historia de sangre y dolor empezó a las 7:30 de la noche del pasado lunes, cuando familiares de Pedro Antonio Ávila, agricultor de 78 años, encontraron su cadáver desmembrado en su finca de 2.5 hectáreas, de nombre Los Cocos, situada a la salida del pueblo.
“Le cortaron la cabeza, las piernas, los brazos y el miembro viril, solamente quedó el tronco. Las partes que le cercenaron se las metieron debajo y lo taparon con hojas. Lo dejaron en un pozo que mi papá tenía para guardar la cosecha de mango que es muy abundante”, relató Yoanis Ávila Sarmiento, hija del agricultor brutalmente asesinado. Enseguida familiares de la víctima y la misma comunidad responsabilizaron del atroz crimen a los ‘Culebros’, una banda delincuencial integrada por “miembros de una misma familia de viciosos y criminales, que desde hace años venían azotando la finca de mi papá y a muchos acá en el pueblo con robos”, aseguró Yoanis.
Los ‘Culebros’ son: Keiner Pérez Cabrera, de 20 años, alias ‘Culebrito’, nacido en Luruaco; y sus hermanos Alex y Elvis, más Sergio, un primo. También hay otros familiares y allegados que han retornado de Venezuela, y se hacen llamar los ‘Leones’, agregó la mujer. A esta banda la comunidad también la señala como responsable de otro par de homicidios ocurridos en los últimos años en Santa Cruz, y de haber mutilado con machete a tres hombres del pueblo que se opusieron a ser asaltados.
El horrendo asesinato de Pedro Antonio, hombre querido y apreciado en la población por su amabilidad, fue la gota de rebosó el vaso. Después de encontrar el cuerpo, familiares y gente de la localidad se unieron y quemaron tres casas donde residían los ‘Culebros’ y sus familias. Yoanis cree que a su papá lo mataron los ‘Culebros’ porque trató de evitar que le robaran la yuca que tenía sembrada, ya que encontraron el cultivo arrancado.
“Él salió solo para la finquita a las 6:00 de la mañana del lunes, los del CTI nos dicen que lo mataron como a las 10:00 de la mañana. Mis hermanos lo estuvieron buscan do desde las 8:00 de la mañana y como no lo encontraron creyeron que estaba acá en la casa, en el pueblo, con nosotros”, contó.
A las 6:00 de la tarde, cuando los hijos regresaron del monte notaron que Pedro Antonio no estaba, y con la ayuda de los vecinos empezaron la búsqueda. A las 7:30 de la noche lo encontraron muerto y picado en su propia finca.
Los asesinos utilizaron el machete de la víctima que había comprado hacía dos días. De hecho los familiares encontraron la funda nueva sobre el torso de Pedro Antonio. El machete no apareció. Yoanis cree se lo llevaron los ‘Culebros’.
LINCHARON A ‘CULEBRITO’
Este martes, tan pronto amaneció, los hombres se organizaron y se armaron con machetes, piedras, palos, garrotes y varillas; y a las 8:30 de la mañana llegaron a las casas de los Pérez Cabrera, las que no habían quemado, situadas frente a un campo de softbol, y las empezaron a requisar una a una.
En una vivienda la turba encontró escondido a Keiner, ‘Culebrito’, y lo lincharon en el campo de softbol. Otros ‘Culebros’, dicen que dos, escaparon internándose en el monte a pesar de que a uno, alias Culebro, lo alcanzaron a apuñalar en la espalda.
“Ellos (la turba) tenían que esperar, no estaban seguros que fuera él (Keiner), si él lo mató (a Pedro Antonio), tenían que llamar a la Policía, tenían que investigar, no matarlo como un perro”, manifestó llorando una prima de Keiner. Keiner Pérez Cabrera era soltero, sin hijos. “No se dedicaba a nada, andaba del tingo al tango, le gustaba la droga”, reconoció uno de sus primos, que pidió no revelar su nombre.
CACERÍA DE ‘CULEBROS’
Luego de matar a ‘Culebrito’ los hombres formaron ‘patrullas’, algunos se taparon el rostro con camisetas, y recorrían el pueblo y revisaban el monte en busca de los ‘Culebros’ sobrevivientes. La misión era clara: exterminarlos.
AL DÍA dialogó con uno de los ‘encapuchados’ que portaba un afilado machete. El hombre, sin revelar identidad, manifestó que la comunidad se había cansado de denunciar ante las autoridades a “esos criminales”, pues horas después quedaban libres “y seguían robando, matando y mutilando”.
Agregó que el asesinato de Pedro Antonio, “un tipo que no le negaba un pedazo de yuca a nadie”, hizo que la gente procediera de esa forma violenta. “La Policía no les hizo nada, nos toca a nosotros, porque la próxima víctima puede ser un familiar, una hija, y eso no lo vamos a permitir más”, expresó.
Pasadas las 10:00 de la mañana las autoridades que realizaban un consejo de seguridad en Luruaco, se enteraron del asesinato de Keiner Pérez Cabrera, suspendieron y el comandante de la Policía del Atlántico, coronel Henry Jiménez; el secretario de Gobierno del Atlántico, Guillermo Polo; y el Alcalde de Luruaco; Antonio Roa, más dos concejales de Luruaco, se trasladaron a Santa Cruz. A llegar se acercaron a darles el pésame a los familiares de Pedro Antonio, y luego trataron de hablar con los ‘jefes’ de los grupos que buscaban a los ‘Culebros’, para pedirles frenar la violencia y confiar en las autoridades y la justicia. Al mismo tiempo, a pocos metros, el CTI realizaba el levantamiento del cadáver de ‘Culebrito’.
Fueron momentos de infinita tensión que presagiaban la tormenta que se iba desencadenar. Miembros de la comunidad respondieron a la petición de las autoridades quejándose por la paquidermia para detener a los ‘Culebros’ desde cuando hace años empezaron a delinquir, y se hicieron las primeras denuncias.
Justo cuando la comunidad empezaba a ceder y se iban a nombrar representantes para detener las búsquedas, y reanudar el consejo de seguridad en la Estación de Policía del pueblo, por la vía principal, entre la gente, pasaron dos carros del CTI: adelante iba la unidad de levantamiento con el cuerpo de ‘Culebrito’ y detrás una camioneta negra de vidrios transparentes. Un hombre desconocido gritó: “¡Llevan a los ‘Culebros’ en la camioneta, los ‘Culebros’ van en la camioneta!”, y se desató el infierno.
Decenas de hombres, la mayoría armados con machetes, rodearon el vehículo del CTI y no lo dejaban avanzar exigiendo les entregaran a los asesinos para lincharlos. Empezaron a llover piedras y golpes y los vidrios de la camioneta empezaron a romperse.
La Policía lanzó tres bombas de gas lacrimógeno que hicieron retroceder a la turba. La gente cedió un momento y la camioneta pudo avanzar, pero más adelante los esperaban más gente dispuesta a tomar la justicia por su propia mano.
LA MUERTE DEL ‘PIRRO’
Faltando poco para salir del pueblo, en un confuso incidente, un joven de 17 años identificado como Jeison Vásquez Pérez, querido por todo el mundo porque cantaba champeta, fue muerto de un tiro en la cabeza.
Su cuerpo quedó tirado en mitad de la vía. José Vásquez, padre de Jeison, denunció que su hijo fue asesinado por “un ‘policía del CTI’ que iba en la camioneta, de chaqueta negra, quien hizo un tiro para dispersar a la gente y se lo pegó al pelao en la cabeza”.
La muerte de ‘Pirro’, como le decían a Jeison, encendió más a la comunidad y la gente empezó a hablar de quemar la Estación de Policía de Santa Cruz. La Policía formó un anillo de seguridad alrededor, y pasada media hora de tensión llegó el Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad), y el Ejército, que calmaron un poco los ánimos, y se pudo realizar el levantamiento del cadáver de Yerson.
El coronel Henry Jiménez, comandante de la Policía del Atlántico, manifestó que la muerte de Yerson está bajo investigación de la justicia penal militar. “Lamentamos que esto se presente en un corregimiento pacifico como este”, dijo el oficial.