Así está el sitio donde hallaron el cuerpo de Madelayne Ortega
Tras 22 días de la muerte de Madelayne Ortega, este medio conoció en primicia imágenes del lugar donde fue hallado el cuerpo de la joven, al interior de Uniatlántico.
“Muero por defender los derechos de mi patria”, se deja leer en las letras del mural que está en la parte exterior del bloque B de la sede Centro de la Universidad del Atlántico, lugar en el que el pasado 18 de diciembre fue encontrado el cadáver de Madelayne Sofía Ortega Villa, de 17 años.
Hoy, tras cumplirse 22 días de la muerte de la estudiante de primer semestre de derecho, AL DÍA publica imágenes en primicia del lugar exacto en el que fue hallado el cuerpo de la adolescente, que hasta estos momentos permanece acordonado y a la espera de que avance la investigación por parte de la Fiscalía.
“Aquí está”. Un grito y un par de llamadas alertaron sobre el hallazgo de Made alrededor de las 5:00 de la mañana de ese miércoles, en la base de las escaleras de la torre dispuesta para las clases de cursos libres de la carrera de Idiomas.
Estaba al lado del muro al costado de las escaleras, el mismo del que se agarraban los estudiantes para subir. A sus espaldas, una puerta de metal negra entreabierta deja ver una pequeña bodega, y al frente un pequeño letrero azul indica que allí está ubicada la enfermería para docentes, administrativos y estudiantes.
Pero ahí ya no había alumnos buscando clases, había estudiantes en paro.
El hallazgo del cadáver de Made, como le decían sus amigos, se registró 18 días después de que la adolescente llegara a las instalaciones para unirse a los estudiantes que se habían tomado la universidad.
Al verla tendida en el sueño, según se conoció el día del hallazgo a través de la Policía, sus compañeros de campamento la cargaron y la llevaron a la Clínica San Diego, a donde llegó sin signos vitales.
A las 7:00 de la mañana ya era oficial para sus familiares, amigos y medios de comunicación: Made había partido. Tras de sí, en la universidad, había quedado el lago de sangre en el que la hallaron, una escena que, si bien pudo haber sido contaminada por quienes llegaron a socorrerla, hoy permanece casi intacta, como si esperara respuestas.
La escena. Al pie de las escaleras, la sangre está seca. La sombra de la pared hace ver la mancha aún más marrón y se distingue claramente del rojo de las tres baldosas de alto y cuatro de ancho que alcanzó a tocar. Al parecer, allí muy poco ha cambiado desde la muerte de Madelayne.
Sobre la sangre hay una botella de plástico arrugada, de esas pequeñas que se compran en una tienda por $500.
También está en el suelo, sobre la gran mancha, un trozo de una viga de metal de unos 25 centímetros de largo, cuatro centímetros de alto y seis de ancho, con restos de sangre seca.
Alrededor hay huellas. Pisadas de zapatos, aparentemente deportivos, cuyas formas quedaron pintadas por el fluido carmesí.
En el perímetro del lago de sangre todavía quedan pedazos de vidrio verdes, la mayoría de dos centímetros de diámetro y algunos pocos de menos de un centímetro.
Las paredes, contrario al estado del piso, no tienen salpicaduras, solo manchones grises producidos por el abandono de la torre y grafitis que dejaron los estudiantes. Además, casi al borde del muro, hay un mensaje que destaca entre los otros: “MADE, TE AMO”, dicen las letras pintadas, aparentemente con sangre.
Al lado de las letras está el dibujo de un corazón y, arriba del nombre de la adolescente una espiral con 100 puntos que parecen haber sido hechos con los dedos. Esa sangre también está seca.
El mensaje, según explicó a AL DÍA Roberto Ortega, papá de Madelayne, fue escrito con la misma sangre de la menor, por “uno de los tomistas que dice ser muy allegado a la niña”.
Tras la denuncia
Estas fotografías salen a la luz pública dos días después de que el padre de Madelayne denunciara a través de este medio que el caso por la muerte de su hija está detenido por la falta de un fiscal y de los resultados de la necropsia.
“Fui a la URI de la Fiscalía para indagar sobre la investigación del caso de mi hija y me encuentro con la sorpresa que el fiscal que llevaba el proceso de Made lo habían trasladado para otra ciudad y que aún estaban a la espera de la asignación a un nuevo fiscal”, dijo Ortega.
“Yo creería que por tratarse de una menor de edad, cuya muerte ocurrió en extrañas circunstancias, Medicina Legal actuaría más rápido para entregar el informe de la necropsia, pero nada, tampoco en eso se ha avanzado, no hay ningún ente doliente de la muerte de mi hija y temo que esto quede impune y en el olvido”, precisó el padre.
A su memoria. Desde que fue encontrado el cuerpo de Madelayne han venido sucediendo una serie de hechos que permitieron que la universidad fuera entregada por los tomistas y ya se empiecen a retomar las labores administrativas en la sede Centro.
Ayer, en el marco del inicio del año 2020, Uniatlántico ofreció una eucaristía a las 4:00 de la tarde en el área que le sigue a la entrada de la sede Centro de la universidad.
En el servicio, que tenía como motivo la preparación para el inicio del año, hubo una mención especial en honor a Madelayne, la estudiante de primer semestre de Derecho.
El rector (e), Jorge Luis Restrepo, se refirió recientemente a su caso asegurando que la postura de Uniatlántico siempre ha sido la de garantizar los derechos humanos y, sobretodo, de los miembros de la comunidad académica. Por tal motivo, el docente se unió al clamor del padre de la joven por celeridad en el proceso judicial.
“Lo que le pedimos a la justicia colombiana, a la Fiscalía General de la Nación y la jurisdicción penal es que aceleren la investigación y los acervos probatorios para que puedan darnos una respuesta a la comunidad académica y, principalmente, a los padres de Madelayne”.