El hecho más reciente se registró en Villa Katanga en la noche del pasado domingo 2 de octubre. Eran las 10:35 cuando dos sujetos en un motocarro mataron a Luis Lara Mendoza, de 41 años; Breiner Cervantes Barrios, de 20; y José Luis Domínguez González , de 22, cuando se encontraban en un arroyo que atraviesa la calle 58 con carrera 22A de esa zona de Soledad.
Los móviles de este caso no han sido establecidos por las autoridades. Únicamente, la administración municipal hizo oficial el anuncio de $10 millones de recompensa por los responsables del atentado.
Atrás en la lista se ubicó la masacre ocurrida en el barrio Las Flores, de Barranquilla. Seis hombres muertos y tres más heridos en aquella sombría madrugada del lunes 12 de septiembre a manos de sujetos armados que se movilizaban en una camioneta blanca.
Todo pasó en el negocio Donde Migue, situado en la calle 106 con Vía 40. Respecto a ello, el general Javier Martín Gámez, director de Seguridad Ciudadana de la Policía Nacional, aseguró ese mismo día en una rueda de prensa que había dos hipótesis: “Una es la pérdida de un estupefaciente y la otra es que sería una confrontación entre bandas criminales por control territorial por microtráfico de este sector de la ciudad y otras partes”.
Y agregó que sin duda hubo gente inocente dentro de los asesinados que no guardaba relación con esos móviles.
Solo 13 días antes, exactamente el 28 de agosto, en la calle 39 con carrera 26, sector del barrio Montes, resultaron muertos dos vendedores informales y un taxista que estaban frente a un negocio llamado El Templo del Amor. El coronel Óscar Daza, comandante operativo de la Policía de Barranquilla, dijo que este hecho, aparentemente, respondía a temas de microtráfico.
El 24 de julio, Breiner Hernando Riveras Torres, de 34 años; Benis Eduardo Hernández Meza, de 21; y un menor de 17 resultaron siendo masacrados, todos con disparos en la cabeza, en la carrera 15F con calle 51 del barrio Villa Merly, de Soledad, caso en el que resultó herido Eliécer Zuriqués Polanco , de 20 años.
20 días antes de ese suceso se registró un triple homicidio a la altura del puente de la Cordialidad con avenida Circunvalar. En la madrugada de ese 4 de julio dos sujetos que se movilizaban en un taxi frenaron el vehículo en el que se movilizaban las víctimas, hicieron descender a unas tres personas y luego dispararon. La Policía dijo que dos de los acribillados tenían anotaciones y que todo apuntaba a un ajuste de cuentas.
De acuerdo con registros, el primer caso de este año tuvo lugar el 20 de mayo en la calle 47 con carrera 21, sector del barrio San José, de Barranquilla. Tres muertos y un herido fue el saldo. Ese suceso, el cual respondería, según las autoridades, a retaliaciones por el control de la zona, dejó a Jorhans Alberto Polo Ferrer, alias Niche, capturado.
Al hombre le imputaron varios delitos y luego un juez lo envió a la Cárcel Distrital Para Varones El Bosque.
Hablan expertos
Alejandro Blanco Zúñiga , docente investigador de la Universidad Libre de Barranquilla, fue consultado por este medio ante los sucesos en mención, así como los resultados de los mismos.
“Es claro que frente a la crisis que atraviesa Barranquilla y el área metropolitana, el papel de la fuerza pública es más reactivo que preventivo.
En este sentido, la inteligencia como recurso debió prever o prevenir algunas de las seis masacres. Llama la atención, por ejemplo, que la masacre ocurrida en Las Flores se dio a pocos metros de una estación de la Policía. Por otro lado, estos hechos criminales son tratados como circunstanciales y no como un problema estructural”, sostuvo el profesor.
Sumado a ello, el docente de la Universidad del Norte y experto en seguridad Luis Trejos habló sobre qué se necesita para esclarecer y evitar estas matanzas.
“La operatividad de las autoridades ha sido reactiva y limitada ya que no anticipa o previene los hechos violentos y su reacción por lo general se reduce a la hipótesis de los ‘ajustes de cuentas’ y las medidas que han demostrado su poca efectividad en el pasado. Se deben fortalecer las capacidades de la inteligencia policial, establecer canales permanentes de comunicación y coordinación con los operadores de justicia, restablecer la confianza de la ciudadanía y mantener el tema de la inseguridad en la agenda pública”, dijo el catedrático.
Paralelo a eso, Arturo García , abogado, expersonero distrital y analista de seguridad y violencia, señaló que la autoridad debe emplear mecanismos “para anticiparse al delito. Son preocupantes estas masacres, por lo que debe haber colaboración ciudadana y prevención. Las acciones no pueden ser coyunturales, tienen que mantenerse sobre todo en comunidades que han sido priorizadas”.
Cabe mencionar que ante los sucesos mencionados las instituciones han señalado seguir avanzando en las investigaciones para dar con los responsables.