Las mochilas de fique que narran la historia familiar de ‘Mama Vila’
Con 83 años, Elvira Maestre, madre de Diomedes Díaz, lidera una empresa familiar que conserva la tradición del tejido en el sur de La Guajira.
Carrizal, sur de La Guajira, es tierra de poetas, pero también de artesanos por tradición. Allí creció Diomedes Díaz, que desde pequeño empezó a hilar sus versos del alma mostrando la cualidad innata de componer. Casi a la par, en medio de la pobreza de su hogar, aprendió a tejer las mochilas de fique viendo a su mamá Elvira Maestre hacerlas, para contribuir con el sustento de su familia.
‘Mama Vila’, como cariñosamente se conoce a la madre del ‘Cacique de La Junta’, a su vez recibió la enseñanza de sus padres ‘Mama Pema’ y ‘Papa Goyo’, aprendiendo el arte de las mochilas que vendían en los pueblos cercanos o que cambiaban por mercancía. Ese conocimiento lo transmitió a sus hijos, siendo Diomedes el mayor.
“Diomedes se subía a un palo de mango y mientras hilaba las mochilas, armaba versos. Las mochilas que él hacía eran pequeñitas”, recordó Avelina Díaz, hermana del artista, quien continuó el legado de las artesanías.
Esta, quizás, era una de las facetas poco conocidas de Diomedes. El hijo mayor de Rafael María Díaz y Elvira Maestre, desde niño empezó a trabajar para ayudar a sus padres con los gastos de la casa. Así lo reconoció ‘Mama Vila’ en una entrevista. “Lo de Diome fue de mucha lucha, de mucha entrega. Él vendía limones, empanadas, tejía mochilas y su primer trabajo en Valledupar fue ser mensajero de la emisora Radio Guatapurí. Todo esto se recompensó tiempo después cuando alcanzó la gloria musical”.
La casa de Elvira Maestre, en el barrio Los Músicos de Valledupar, se ha convertido en un atractivo turístico donde propios y visitantes llegan a conocer las historias del cantor campesino, pero también para adquirir las artesanías en la tienda de ‘Mama Vila’, un espacio de emprendimiento de la madre del Cacique que conserva la tradición.
“A mí me enseñó a tejer las mochilas mi mamá. Mi papá también hacía unas grandotas y bonitas, ese arte lo aprendí y se lo enseñé a mis hijos, yo hago los tejidos que me pidan”, sostuvo ‘Mama Vila’, mientras hilaba con una carrumba una de las artesanías.
“Pueden decirle a toda la fanaticada que el que quiera tejer que venga aquí para enseñarle con todo aprecio y cariño”, expresó Elvira Maestre, que a sus 83 años sigue tejiendo las mochilas que ya son conocidas con su marca ‘Mama Vila’ en diferentes partes del país y el exterior.
Avelina Díaz sostuvo que “aquí ha llegado gente de todas partes, en las épocas especiales como vacaciones, Semana Santa, incluso en los días en los que se conmemora el natalicio o la muerte de Diomedes son muchas las personas que nos visitan en la casa de ‘Mama Vila’, algunos compran las mochilas, también adquieren gorras, camisetas, retratos y pinturas de Diomedes para llevarse un recuerdo. Claro que ahora con la pandemia no es como antes”.
Avelina, además, cuenta que gente de Bogotá, Medellín, Santa Marta, Barranquilla, “de todos lados, incluso del exterior” se llevan con mucho gusto las mochilas marca ‘Mama Vila’.
“Elvira hace unas mochilas muy bonitas, yo aprendí a tejerlas y a hacerles la colgadera que es una de las partes más difíciles, porque se puede enredar”, indicó Manuel Maestre, hermano de ‘Mama Vila’.
Y es que se trata de una tradición familiar. Elver Díaz, uno de los hermanos del ‘Cacique’, sostuvo que ellos “desde muy pequeños, desde niños”, aprendieron por su mamá a tejer mochilas. “Diomedes, por ser el mayor fue el primero que aprendió y con esto ayudábamos a mi mamá y mi papá allá en Carrizal a comprar comida y la ropa. Es la hora y esto no se olvida”.
Gloria Díaz, otra de las hermanas de Diomedes, manifestó: “Nuestros padres nos enseñaron a trabajar las artesanías, los ayudábamos en la casa, recuerdo que de Sabanalarga, Atlántico, venía un señor que traía mercancía y nos las cambiaba por las mochilas”.
Los seguidores del intérprete de Sin medir distancias visitan la casa de ‘Mama Vila’ para un encuentro cercano con sus orígenes. “Yo adquirí una de las mochilas, no solo son una auténtica muestra de las artesanías de la región, sino la muestra de un legado tradicional de la familia de Diomedes”, indicó Cristian Torres, procedente del Atlántico.
Trabajo artesanal dispendioso
Elaborar las mochilas de fique requiere de tiempo y dedicación. Avelina Díaz señaló que en una grande puede durar hasta un día y medio.
Sostuvo que como material principal se usa el fique, que es una planta que se produce en La Guajira. “De las hojas se saca la fibra que se hila para darle forma a las mochilas”, explicó.
En efecto, según Artesanías de Colombia, el proceso de preparación de la fibra es largo y dispendioso. “Se inicia con el corte que consiste en desprender de la planta un número determinado de hojas, de las cuales se extrae la fibra, que posteriormente, según su calidad, es clasificada”, precisó la entidad.
Para esto se utilizan dos sistemas: el varillado o proceso manual, utilizado tradicionalmente por los artesanos y el maquillado o uso de máquina desfibradora con motor. Una vez extraída la fibra es necesario remojar las madejas de 12 a 15 horas para lavarlas y luego secarlas al sol. Los manojos secos se pasan a través de un cepillo de clavos, de ese modo, halando el fique, queda peinado o escarmenado.
“El hilado es el último paso en el proceso de preparación de la fibra. El fique escarmenado se amarra longitudinalmente a un madero, de donde se sacan haces de fibra que se van estirando y calibrando en el torno para formar así el hilo continuo”, indicó Artesanías de Colombia. Para darle la variedad de colores a las mochilas el fique es tinturado.
Así, las mochilas de ‘Mama Vila’ se constituyen en uno de los principales atractivos turísticos y en un importante emprendimiento que inició con sus hijos hace más 50 años, en su natal Carrizal, la tierra que vio nacer al ‘Cacique de La Junta’.