Lo comenzó como un pequeño tallo sembrado en el patio de la casa, terminó en una yuca de 97 kilos y 2,50 de largo.
Eugenio Meza, precisó que la mata de yuca duró año y medio sembrada en su residencia, ubicada en la urbanización Villa Sol, al suroriente de esta capital. Señaló que como de costumbre en días pasados se dedicó a limpiar el patio y vio que habían varias grietas lo que llamó poderosamente su atención.
La mata de yuca estaba bastante crecida pero no pensó que se tratara del resultado de la siembra que hizo 18 meses atrás. Fue así como armado con azadón decidió partir el patio y se dio con la sorpresa de que era una de las tantas ramificaciones de esta gran yuca.
Tres brazos en total hacían parte de esa gran mata y ayer se dieron a la tarea de sacar solo uno de ellos que fue colocado sobre la mesa y decidieron desayunar acompañada de un buen pedazo de queso.Asegura Meza que los niños comenzaron a divertirse con el tubérculo y frente a este se veían pequeños.
El comerciante precisó que la mata de yuca no la molestó nadie en el patio y consideró que su crecimiento y desarrollo obedeció a algunos abonos y nutrientes que le aplicó en su momento. “Le echaba su agua como de costumbre y la cuidábamos todos esperando algún día comernos un pedazo de yuca. Cuando nos damos cuenta es que no tenemos una yuquita sino un tremendo resultado después de la siembra”.
Asegura que tiene suficiente yuca que será compartida con varios de los vecinos en un sancocho comunitario y con el resto se darán a la tarea de hacer enyucados, diabolines y demás productos derivados de este tubérculo.
La familia de Eugenio Maza está contenta con lo que dieron en llamar como una bendición y se sienten orgullos de saber que fue un producto sembrado y cuidado al que no le colocaron sino el cuidado y el amor de todos. Por un buen tiempo, dicen, tendrán yuca para rato y, de ella dicen, está sabrosa y se deja acompañar con queso y café con leche.
“Estamos muy contentos con esta yuca. Consideramos que se trata de una bendición de Dios y ahora lo que tenemos que buscar es un buen suero para acompañarla, al igual que una buena chicharronada”, comentó en medio de risas Eugenio Meza mientras posaba para las fotos que le fueron tomadas con el tubérculo.