Una manada de reses parecía apoderarse de la vía,“eso es normal”, gritó un desprevenido motociclista que por poco es atropellado por una de ellas, al quedar extasiado ante aquel panorama, cotidiano para los lugareños, pero pintoresco para los visitantes.
Más de dos mil vacas, que camuflaban a un grupillo de búfalos, se peleaban la vía con los carros, camiones y motocicletas que transitan por la Transversal de Las Américas o como la conocen los campesinos, la que comunica el San Jorge con la Mojana, en sucre.
Son las 8:00 de la mañana y José Luis López Mercado lleva tres horas de viaje con un lote de 140 vacas que sacó de una finca inundada en el municipio de San Marcos, rumbo a Los Palmitos; se nota fresco y sin estrés, pese a que le faltan tres días para llegar a su destino. “Este viaje es largo y más si alguna de ellas se pone pechichona, a veces no quieren caminar o se desvían. Uno descansa en las noches y las mete en los corrales que están en la vía. Por este trabajo nos pagan $50 mil diarios, libre de comida y dormida”, explicó.
José Luis López Mercado, vaquero.
Es su décimo viaje en esta temporada de invierno, pero a sus 22 años ya perdió la cuenta de cuántos ha hecho a lo largo de su vida, es una herencia que le han dejado sus ancestros.
Esa misma herencia la recibió Olimpo Cárdenas, quien no es tan reconocido como el cantante ecuatoriano, pero sus reses lo siguen al oír su canto.
Olimpo Cárdenas es el cuidandero de la finca Polonia, en la zona de El Rabón, y aquí lo vemos en el inicio de la trashumancia la mañana del viernes.
Desde hace 15 años se dedica a la trashumancia,en esta oportunidad viajó a pie 700 reses de San Marcos hacia Sahagún (Córdoba), sonríe al decir que lleva a su cargo cerca de $500 millones, por los que debe velar día y noche.
“Hay que cantarles, se llaman cantos de vaquería, uno desde pequeño los escucha, lo que le vaya saliendo uno le va cantando, algo así como: Hey oh manso, oh, oh, oh manso. Además debemos utilizar nuestros implementos, si es de día, es indispensable la camisa manga larga, pantalón largo, botas, sombreros y una vara con un trapo rojo para guiar el ganado; si es de noche, además de esto hay que llevar chaleco reflectivo y lámpara para no chocar con el tráfico”, sostuvo.
Pese a las precauciones que muchos de los vaqueros tienen, sus animales sufren accidentes a causa del terreno mojado o al chocar con los vehículos.
Juan Carlos Cuello Oviedo, es uno de los motociclistas que en el último mes se ha topado en varias ocasiones con lotes de ganado, sin embargo, no se queja, asegura que es la única forma quetienen los ganaderos de salvar sus animales de la inundación, antes lo hacían por el río, pero desde que cuentan con puentes lo hacen por las carreteras.
“Nosotros somos los que tenemos que ir con cuidado pues a veces nos llevan, nos estrellamos con ellas, pero ¿a quién le echamos la culpa?”, dijo.
El alcalde de San Marcos, Bladimir Eduardo Sierra Ochoa, manifestó que tanto los ganaderos como los agricultores se han visto afectados por las inundacionesque no se originaron por las lluvias que han caído en la zona, sino por el rompimiento por el aumento de los niveles del río Cauca. Las zonas más afectadas son: El Latal, El Torno, Chopá y La Gloria.
Añadió que desde hace un mes los ganaderos empezaron a sacar sus reses tanto a pie como en camiones.
El director ejecutivo del Comité de Ganaderos del San Jorge y La Mojana, Emigdio Surmay Vergara, sostuvo que en el San Jorge (San Marcos, La Unión, Caimito y San Benito) hay 250 mil reses, por el invierno han salido 70 mil, de estas 40 mil de San Marcos hacia Sincelejo, Sincé y Chinú (Córdoba).
Surmay ratificó que el gasto que deben asumir los ganaderos es grande, si el lote va en camión, tiene un costo de 450 mil pesos y solo caben 21 animales o menos dependiendo el tamaño de estos. En este transporte sacan al ganado que será comercializado, el más gordo que tiene un peso de entre 400 y 450 kilos.
Los que van a pie son los de levante, es decir, que tienen entre 1 y 3 años, su peso no supera los 180 kilos y en el recorrido puede perder entre 30 y 60, devaluando cada animal en unos $150 mil.
Cuando se va a pie, además de pagarles a los vaqueros, deben invertir $100 por la estancia de cada animal en los corrales de paso mientras descansanpara retomar una nueva faena y $300 por la servidumbre, es decir, por el paso que realizan por fincas y que denominan el camino ganadero.
El director ejecutivo recordó que este recorrido lo hacen dos veces en el año: en noviembre y diciembre cuando los traen de la Sabana al San Jorge y en mayo y junio los devuelven por el invierno.
“No ofendo a nadie, dejando el mundo como está, jueee jueee. Cuando estoy con los amigos yo cantó por parrandear jueee jueee”, se oía a lo lejos. Era un chalán que venía liderando a unos búfalos, iba afanoso, se negó a detenerse, faltaba mucho por recorrer, una nube gris los perseguía y con ello la premonición que el camino sería largo y culebrero