Jorge Andrés Gutiérrez Reza fue secuestrado y violado por la guerrilla hace 16 años. Hasta el día de hoy, a pesar de estar en el programa de reparación, no ha sido indemnizado.
Por este motivo el hombre decidió encadenarse en la puerta de la Unidad de Atención a Víctimas de Magangué, El Buen Samaritano, para llamar la atención de las autoridades y de esta manera dejar por sentado que las víctimas de la violencia no pueden esperar tanto tiempo para ser reparadas.
“Hoy hace 16 años me secuestró la guerrilla en el sur de Bolívar y allí, lo digo como hombre, como buen hijo y buen hombre, me violó alias el Burro. Después de ser liberado ingresé al programa de reparación a víctimas y hasta el momento no he recibido un solo peso”, explicó Gutiérrez.
Anotó que desde abril del año pasado me prometieron el pago, pero no le han dado nada. “Siempre me dicen que ya está para pago, pero no me dan nada porque en Colombia todo se maneja con política”, aseveró Jorge Andrés Gutiérrez Reza.
SECUESTRADO POR LA GUERRILLA
Para Jorge Andrés Gutiérrez Reza sus días como secuestrado por los ‘elenos’, el 23 de octubre de 2001 fueron un martirio que no se lo desea a nadie.
Para en ese entonces laboraba repartiendo recibos del servicio de energía eléctrica, este se encontraba en el corregimiento de Colorado, ubicado a unos 10 minutos del municipio de Puerto Rico.
Él, al momento del plagio, se desplazaba en una chalupa cuando fueron interceptados por uno 25 guerrilleros entre hombres y mujeres. Este fue llevado hasta donde tenían el campamento donde había unos 600 hombres y allí permaneció hasta el 15 de noviembre cuando fue liberado y entregado a su mamá y a un hermano, quienes fueron a recibirlo.
Por ser un hombre humilde y un simple trabajador la guerrilla no cobró un peso por su rescate.
Este aseguró que en el campamento no lo trataron mal, pero sí vivía con la zozobra de que se presentara un combate con miembros de las autodefensas o los militares que patrullaban en el sector.
Explicó que la violación de la que fue objeto se registró en una mañana cuando se dirigía a darse un baño. “Yo iba para el baño cuando me salió el Burro, quien portaba un arma corta. Con esta me intimidó y después me violó”, anotó Gutiérrez.
Después de la violación no fue capaz de denunciarlo ante los superiores por temor a una represalia y vivió con este trauma durante varios años. Solo hace unos días decidió hablar y les contó a sus familiares, quienes le reclamaron por qué no había dicho nada durante tanto tiempo y le colocaron una sicóloga para que lo ayudara a salir de las secuelas que les dejó esta situación.