Historias

INFORME ESPECIAL | La historia de un conflicto familiar que acabó con la vida de Pipe

El joven barranquillero tenía sólo 24 años, estudiaba odontología. Murió baleado por un crimen que iba contra su padre, y que fue orquestado por su propio primo.

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A las 3:30 de la tarde del 7 de agos­to del año pasado, un asesinato cometido en Envigado (Antio­quia), tuvo mucha repercusión en Barranquilla.

La víctima fue Luis Felipe Arraut Gámez, un joven barranquillero de 24 años, egresado de la promoción 2010 del Colegio Colón. ‘Pipe’, como lo decían aquí familiares y amigos, se había radicado en esa po­blación paisa para terminar la carrera de odontología en Medellín. Los estudios profesionales los había iniciado en la Universidad San Martín en Barranquilla, pero los problemas administrativos de ese centro de edu­cación lo obligaron a retirarse.

Decidió entonces matricularse en el Colegio de Odontólogos de la capital an­tioqueña, y por ello se fue a vivir a En­vigado, junto a su padre Abelardo Anto­nio Arraut Bustamante, oriundo de San Jacinto(Bolívar), quien desde hacía va­rios años residía en Antioquia. Para el periodo 2012-2015, Arraut Bustamente

resultó elegido alcalde de la población de Nariño.

El asesinato

El día que mataron a ‘Pipe’, y con mo­tivo de que era festivo, su padre ofreció un almuerzo familiar en su residencia si­tuada en la carrera 39D No. 46E Sur -23, barrio Trianón, en Envigado. El plato escogido fue sancocho de galli­na, “el favorito de los muchachos”, como expresó en esa oportuniad el anfitrión.

Sobre el mediodía, antes del ágape, Pi­pe, su padre, su madrastra, Doris Patri­cia Quinchía Medina; y sus dos herma­nos, José Luis y Melissa Arraut Quinchía, estuvieron atentos en la sala de la casa viendo por televisión la participación en el Mundial de Londrés de la atleta antio­queña Caterine Ibargüen.

La reunión familiar tuvo dos invita­dos que no residían en la vivienda: Belén Quinchía Medina, hermana de Doris Pa­tricia; y Mario Andrés Rivera Arraut, pri­mo de Pipe, sobrino de su papá, hijo de la hermana menor del exalcalde.

Luego de disfrutar del suculento san­cocho, y de dialogar cordialmente duran­te un largo rato en aquella que parecía una animada reunión familiar; Pipe, su padre y su madrastra subieron al segun­do piso de la vivienda.

En la sala se quedó Belén Quinchía y los dos hermanos de Pipe; en tanto que Mario Andrés Rivera Arraut salió a fu­mar cigarrillos a la terraza de la vivienda, y dejó entreabierta la puerta principal

Cuando el reloj marcó las 3:30, comen­zó la tragedia que se llevó la vida de Pipe, el muchacho alegre y divertido que todos conocieron en Barranquilla. Un hombre y una mujer irrumpieron en la casa aprovechando la puerta abier­ta, y dispararon indiscriminadamente contra los que se encontraban en la sala. Belén Quinchía recibió un balazo en el rostro y se lanzó al piso, y los dos herma­nos de Pipe brincaron ágilmente entre los muebles y no fueron alcanzados por los proyectiles.

La pareja de asesinos subió al segundo y entró a la alcoba matrimonial.En la cama estaba acostado Pipe, y a su lado la madrastra Doris Patricia Quin­chía, quien veía televisión. Su padre se duchaba en el baño.Los criminales les dispararon a los dos sin contemplación. Pipe recibió ocho ba­lazos y la señora 12.“Me dieron seis veces en el abdomen, cinco en el fémur derecho y otro más en el brazo izquierdo. Estoy viva de mila­gro”, recordó Doris Patricia en diálogo con AL DÍA desde Envigado.

En su huida los asesinos dejaron caer en el piso de la habitación el silenciador de la pistola, que luego se comprobó era una Pietro Beretta. Bajaron a toda prisa por la escalera, llegaron de nuevo a la sala y salieron co­rriendo por la calle. En la esquina más cercana abordaron un Chevrolet Sprint de color negro, matrícula LDM-402.

Al percartarse de lo que acababa de pasar, Abelardo Arraut (el papá de Pi­pe), se asomó al balcón y al primero que vio abajo, en la terraza, fue a su sobrino Mario Andrés Rivera Arrautt, que seguía fumando como si nada hubiese pasado, y a quien curiosamente los asesinos lo en­contraron allí cuando entraron y salie­ron, y no le hicieron nada.

“Me cuenta que mi esposo le gritó al sobrino: ‘¡Mario ayuda, por favor llama a la Policía, llama una ambulancia!’, pe­ro este no se movía. Fue entonces cuan­do Abelardo le espetó: ‘¡Me mataste al pelao y a Doris!’. La reacción de Mario fue encender su motocicleta y marchar­se”, agregó la señora en su diálogo con AL DÍA.

Los que sí se solidarizaron con la tra­gedIa fueron los vecinos, que llamaron inmediatamente a la Policía del Cuadran­te y una ambulancia. Los paramédicos trasladarona Pipe y a su madrastra a la clínica Manuel Uribe Ángel de Envigado, pero los médicos no pudieron salvarle la vida al muchacho.

Doris Patricia logró sobrevivir y aún se recupera de las heridas y del impacto emocional de la cruel experiencia.

La captura de los asesinos

La reacción de la Policía del Cuadran­te fue rápida y tras una persecución del Chevrolet Sprint por 1.9 kilómetros, cap­turaron a los asesinos en el centro co­mercial Mayorca Mega Plaza, también en Envigado, donde intentaron refugiar­se para escapar. Fueron identificados como Jessica Orozco Ramírez y Juan Diego García Cadavid (la pareja que entró a la casa, el sujeto fue el que disparó); Frank Camilo Pabón, propietaro del Chevrolet Sprint en que se movilizaron; y Albert Hohan Osorio Franco, quien fue al que buscaron para el atentado y el que consiguió a los asesinos y el vehículo.

En sus confesiones Osorio Franco re­veló que a él lo busco para la empresa criminal Mario Andrés Rivera Arraut, el primo de Pipe y sobrino del papá. El objetivo era matar a Abelardo Arraut Bustamante y a su esposa, Doris Patricia Quinchía Medina. Arraut se salva porque está en el baño, y Pipe es asesinado al ser confudido por su padre.

“Íbamos a matar a un señor y a una se­ñora… Andrés nos contrató para que hi­ciéramos la vuelta. Todos somos amigos. Andrés es un man alto, morenito, la fami­lia de él vive debajo de mi apartamento en el conjunto residencial San Antonio del Prado, en el barrio El Limonar de Itagüí”, confesó Albert Hohan Osorio Franco a las autoridades.

Frank Camilo Pabón reconoció que facilitó el carro Sprint negro modelo 88 para que se cometiera el crimen. “Yo me dedico a hacer carreras particulares en­tre San Antonio del Prado e Itagüí…Nos encontramos con ese señor (Mario An­drés) en Sabaneta. No lo conocía. Para mí esto fue un abuso de confianza”, dijo.

Juan Diego García Cadavid confesó ha­ber disparado por 500 mil pesos.“Ese día de mi captura, llegó Albert Hohan a mi casa y me dijo que le habían propuesto un trabajo, que era ir a matar a un man que vivía con su esposa. El se­ñor era el papá del muchacho que murió. El sobrino tenía peleas con él por la casa o algo así…Siempre recalcó que no fue­ra a tocar al primo (Pipe), que él abriría la puerta de la casa”, reveló Jessica en la aceptación de cargos ante un juez.

Los móviles del asesinato

Como declararon ante la Fiscalía y an­te un juez, los asesinos admitieron la au­toría y señalaron como determinador del crimen, o autor intelectual, a Mario An­drés Rivera Arraut. Todo sería por la propiedad de la ca­sa en la que se cometió el crimen. Aun­que el inmueble era de Abelardo Arraut, aparecía a nombre de su sobrino Mario Andrés, y este quería quedarse con la vivienda.

La historia de la casa la relató a AL DÍA Elvia Arraut Gámez, hermana de Pipe, e hija del primer matrimonio de Abelardo con Alexandra Gámez, también mamá de Pipe.“Hace unos años, cuando mi papá era alcalde de Nariño, decidió comprar esa vivienda del barrio Trianón a través de su sobrino Mario Andrés, a quien él le te­nía un cariño especial porque le ayudaba a hacer diligencias cuando se ausentaba de Envigado”.

“Mario fue quien firmó las escrituras de la casa que mi papá compró por 310 millones de pesos. Mi papá ayudó mucho a Mario Andrés, era su sobrino mayor, un hijo más. Hijo de la hermana menor de mi papá. Es más, fue él el que propuso el ne­gocio de la casa, pero nunca quiso devolver los papeles a mi papá, que se cansó de pe­dírselos. Fue un acto de buena fe que hizo mi papá en su momento y le pagaron de esta manera. Por todo esto se distanció la familia”, reconoció Elvia.

La certeza de la autoría intelectual de Mario Andrés Rivera Arraut en la planifi­cación del crimen, además de los testi­monios de los capturados, está en unas interceptaciones telefónicas que le hi­cieron. Entre esas hay una en la que se le escucha decir a su interlocutor: “Mué­vanse que el man va a salir...” La llamada fue hecha a los asesinos minutos antes del atentado, pues Abelardo cuando entró a bañarse era porque iba a salir a hacer unas diligencias.

De Mario Andrés, de 31 años, se des­conoce su paradero, aunque se cree que pueda estar escondido en zona rural de San Jacinto (Bolívar), de donde es oriunda la familia Arraut.

Contra él pesa una orden de captura del Juzgado Primero Penal Municipal de Envigado por los delitos de homici­dio doloso agravado, tentativa de homi­cidio doloso agravada y porte ilegal de arma de fuego agravada.

Pipe muy recordado

“Es doloroso permaneces aún en es­ta casa donde sucedió todo, porque nos acordamos de ‘Pipe’, él era muy espe­cial para nosotros, para su padre, pa­ra sus hermanos, para todos”, añadió su madrastra Diana Patricia Quinchía.

En Barranquilla los amigos que Luis Felipe Arraut Gámez cosechó básica­mente en el Colegio Colón, donde siem­pre estudió aún mantienen viva su me­moria. “Era una persona muy noble, sincera, respetuosa, muy amorosa. Siempre es­taba pendiente de sus amigos, porque todos estuviéramos bien. Atento y gene­roso, su compañía siempre resultaba al­go agradable”, recordó su excompañera de clases Salomé Llanos.

“A mi hermano le gustaban muchos los deportes, trotar, el pintball, las acti­vidades físicas de alto impacto. Era hin­cha del Junior y tampoco se perdía los partidos de la Selección Colombia. En una oportunidad se dedicó al levanta­miento de pesas, y fue tal su dedicación a esta práctica que lo escogieron para que integrara la selección del Atlántico de este deporte”, rememoró también su hermana Elvia.